Presidente

Escrito por: Antonio Caro, Editor | Revisado por: Humberto Fernández, Editor jefe
Última Actualización Jun 07, 2018

presidente juego

No todos los juegos que han pasado por las salas de juego más importantes han sido muy reconocidos por todo el mundo. Algunos juegos solo han tenido éxito en algunos países e incluso en algunos sectores concretos de la sociedad.

En cualquier caso se llegaron a practicar en salas de juegos y como tal merecen un hueco entre esas prácticas que ya no están vigentes en la oferta de las casas de juegos.

El presidente es un juego que tiene su origen en España y que se juega con la baraja española de cuarenta cartas.

Su desarrollo es amistoso, a pesar de la crueldad de algunas de las palabras que se utilizan en su argot. Es bastante dinámico y ha encandilado sobre todo a los universitarios.

Historia del presidente

El origen de este juego es bastante confuso. Se supone que surgió en territorio español en el siglo XIX y parece que algún grupo de universitarios pudieron ser sus creadores o descubridores.

Es habitual que los alumnos de las universidades practiquen juegos de cartas en su tiempo libre, incluso se llegan a organizar torneos y timbas privadas en lugares como cafeterías y lugares de recreo.

Casi todas las fuentes con voz y voto aseguran haber aprendido a jugar durante esta etapa de su vida, por lo que se da por hecho que este fue su verdadero origen.

Después se fue expandiendo tanto a otros países del continente sudamericano, como a algunos casinos españoles. Era un juego popular entre un sector concreto, pero no es conocido por todos. Por este motivo, no en todas las casas de juegos se llegó a incluir dentro de la oferta en la que el cliente podía elegir.

Con el avance del tiempo se deterioró su práctica y podemos decir que su paso fue más bien fugaz por los casinos. Sin embargo, también fue bastante común que se jugara en formato de torneo en algunas salas privadas. No en todos los lugares estuvo a la vista de cualquier jugador.

Su nombre deriva del rango del ganador, pero también se le puede dar el nombre del perdedor. De hecho, en algunos lugares se denomina al juego como “culo” o también “comemierda”.

Estas designaciones son menos correctas por la agresividad de las palabras, pero entre la gente suele ser muy común.

Objetivo del juego

El fin de este juego es el de descartarse de todas las cartas en el menor número de bazas posibles.

Puesto que hay rangos, en función de la posición en la que se haya descartado el apostador, otro de los objetivos será mantenerse en el rango más alto posible durante el mayor número de partidas como sea posible. De esa manera se obtendrán más fichas y más ganancias en el juego.

Elementos del juego

Cartas de Presidente

  • Baraja española de 40 cartas (oros, copas, espadas y bastos).
  • Tapete (opcional).
  • Fichas de poker para apostar (opcionales).
  • De 2 a 8 jugadores. A partir de 5 jugadores son necesarias dos barajas.

Cómo se juega al presidente

Este juego presenta varias modalidades según la cantidad de jugadores que vayan a apostar. En las mesas de los casinos solía haber en torno a unos cinco o seis puestos por cada tabla, pero esto podía cambiar mucho en función de la sala de juego a la que nos refiramos.

También de este factor va a depender el número de barajas que utilice el crupier. Pueden ser una o dos, y normalmente suelen ser al menos dos si el número de jugadores rebasa los cinco o seis.

Antes de nada hay resaltar el orden de las cartas, de la más alta a la más baja. Algo que es clave para el desarrollo del juego:

valor cartas presidente

  • Dos de oros
  • Los otros tres doses
  • As
  • Rey
  • Caballo
  • Sota
  • Siete
  • Seis
  • Cinco
  • Cuatro
  • Tres

Los cargos que existen en este juego reciben la denominación de “presidente”, “vicepresidente”, “neutro”, “viceculo” y “culo”. Si hay más jugadores que cinco, se añadirán más neutros, mientras que los puestos de los dos mejores y los dos peores se mantienen.

Para empezar a jugar se debe establecer un orden. El crupier puede echarlo a suertes mediante cualquier proceso, aunque el más habitual será dar una carta a cada jugador y el que tenga la del índice más alto será el que arranque la partida.

Una vez hecho, el repartidor baraja las cartas y pide al jugador que sale de mano que haga un corte en el mazo de naipes. Después vuelve a mezclar y va entregando en el sentido contrario a las agujas del reloj (de izquierda a derecha) cartas a cada uno de los miembros de la mesa.

Se reparten todas sin ninguna excepción y puede ocurrir que haya jugadores que se queden con más cartas que otros, aunque eso no tiene por qué ser ni beneficioso ni perjudicial. Lo importante es el valor de las cartas que se han repartido.

Si antes ya se han jugado partidas entre los mismos miembros, entonces los cargos se mantienen con respecto a esa última ronda. Es decir, el que quedara en última posición en la ronda anterior será el que se considere como “culo” en la nueva partida.

Como tal, como castigo por quedar en la última posición en la otra baza, el culo debe darle sus dos mejores cartas al presidente y este le dará otras dos a cambio. Esas dos cartas no tienen por qué ser las dos peores, pueden ser las que el presidente quiera.

De igual manera procede el viceculo con el vicepresidente, solo que en este caso el intercambio es solo de una carta. El primero le da la mejor al segundo y este segundo le puede entregar la que le parezca.

Entonces será el culo el que abra la primera ronda de lanzamientos y una vez que se tenga que iniciar el siguiente lanzamiento, la hará el que haya lanzado la última carta en el anterior. Es decir, el perdedor de la anterior partida solo abre en la primera ronda y luego ya se adjudica el criterio que acabamos de explicar.

Cabe la posibilidad de que aun no se haya jugado ninguna partida y por tanto no haya rangos asignados todavía a ninguno de los apostadores. En ese caso no se realiza intercambio de cartas y el primero en salir será el jugador que quedó primero en el sorteo previo a repartir las cartas.

Si en algún momento ocurre que uno de los jugadores ya se ha descartado de todos sus naipes, entonces el turno pasará al siguiente jugador de su derecha.

Lo importante es conocer cómo se van lanzando las cartas. El primer jugador puede lanzar entre una y cuatro cartas del mismo número (por ejemplo, tres reyes).

Entonces, el resto de jugadores tienen la opción de pasar o de lanzar otras tres cartas de un mismo número. Si hay dos barajas puede que de la casualidad de que se puedan echar otros tres reyes y sino se pueden lanzar tres cincos, por ejemplo.

Hay una excepción y se produce con el dos de oros. Éste se puede lanzar en cualquier momento y sin cumplir el requisito de lanzar el número de cartas que haya en la mesa.

Es decir, puede que un jugador lance cuatro sotas y que el siguiente lance un dos de oros sin problemas. Este cumpliría la función de otras cuatro cartas, por lo que después de ella el siguiente debe continuar con otros cuatro naipes.

Así se hará hasta que los cuatro jugadores pasen y en ese momento se pueda cambiar de número de cartas a lanzar en la mesa. El jugador que haya lanzado la última carta tendrá la potestad de imponer un nuevo patrón en el juego, lanzando las cartas del mismo índice que le parezcan.

Así va funcionando el juego hasta que todos los jugadores se queden sin cartas, es decir, se descarten de todas. El que haya sido el primero en terminar será designado como presidente, el segundo como presidente, los del medio como neutros, el penúltimo como viceculo y el último como culo.

Se pueden echar tantas partidas como se quiera y el pago de las apuestas dependerán de como proceda cada uno de los casinos.

En algunas salas se establecen una serie de partidas concretas y una vez que se han superado, el crupier hace el reparto de las apuestas.

En otros, en cada partida cada jugador debe poner una cantidad concreta para entrar a jugar a la mesa y después parte del botín se reparte entre vencedores y vencidos. Normalmente, el presidente es el que más fichas se lleva, seguido del vicepresidente.

Los neutros pueden mantenerse en la mesa sin volver a pagar en la siguiente ronda, mientras que el viceculo perderá casi todas las fichas y el culo todas. Ambos deben volver a pagar en el inicio de la siguiente manga.

Esta última es la forma más habitual de jugar, pero como reiteramos en cada casino se procederá de una manera diferente.

Incluso en algunos casinos online hay un sistema de puntos que se va otorgando en función de la posición en la que queden los jugadores. En ellos la partida termina cuando se obtienen el límite de puntos establecido para ganar.

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