En el capítulo de juegos de casino olvidados llegamos a uno de los juegos con más historia de todos los tiempos. Un juego que ha marcado las bases de otros posteriores que han sido más populares en el mundo y en el territorio español en concreto.
Un juego que tiene un origen muy curioso y que en los siglos siguientes se expandió por todo el mundo en diferentes versiones, cada una con sus particularidades. Se trata del whist.
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Historia del Whist
El whist es un juego de cartas tradicional y uno de los más antiguos del mundo. Es una práctica con mucha historia y que empezó a surgir en Inglaterra en el siglo XVII. Así lo indican los libros de historia de la época en el que se menciona por primera vez este juego a principios del siglo ya mencionado.
El juego podría haber sido practicado por primera vez por un grupo de caballeros de la época en un reconocido café del territorio inglés. El whist se basaba en principios científicos, tanto que uno de los miembros de este grupo empezó a dar clases sobre como practicarlo, ya que tenía una gran utilidad.
Edmond Hoyle, un conocido escritor, fue el responsable de estas lecciones y de encabezar la publicación del primer tratado de juego británico establecido en 1742.
Este escrito serviría durante los siguientes siglos como texto estándar para la aparición de otros juegos. Se usaba como ejemplo y además se fueron creando nuevas versiones y ampliaciones.
Poco a poco se fueron creando varios clubes de whist y como tal diferentes variantes que serían el germen de otros juegos futuros. El caso más sonado es el del bridge, que proviene del mencionado whist.
De hecho, casi un siglo después otro gran escritor de la época se molestó en escribir otro nuevo tratado, que también serviría de ejemplo durante mucho tiempo.
El whist se empezó a hacer muy popular entre la clientela de los cafés y acabó llegando a los casinos. Se extendió por el resto del mundo, pero en cada lugar se le dio un toque personal. La versión original siempre será la que se juega en Inglaterra hoy en día, tanto en salas presenciales como en casinos online.
Objetivo del juego
El fin de este juego es llevarse tantas bazas como sea posible y acumular el mayor número de puntos que se pueda para llegar al límite que supone la victoria en el global de la partida. Ganar más de la mitad es un deber para poder tener opciones de victorias sobre el otro dueto.
Elementos del juego
- Baraja francesa de 52 cartas.
- Tapete (opcional).
- Fichas de poker para apostar (opcional).
- De 2 a 4 jugadores. Se juega por parejas y lo normal es que jueguen cuatro jugadores. Para ello se utiliza una sola baraja. Hay una excepción en la que pueden jugar tres jugadores y en cualquier caso se utilizan todos los naipes de la baraja.
Cómo se juega al Whist
El whist es un juego que solía ser más propio de torneos que se realizaban en los casinos que de tener su propia tabla en el salón principal. Sobre todo porque lo normal es jugar en parejas que se enfrentan la una frente a la otra. Por tanto, no tenía sentido desperdiciar una mesa para que estuviera activo este juego.
Nos centramos en el desarrollo de esos torneos en los que el crupier debía comenzar barajando las cartas y repartiendo a cada jugador. Antes de ello, hay que decir que había campeonatos en el que los apostadores no se apuntaban por parejas, sino de forma individual.
Después se agrupaban a todos los participantes en cuartetos y las parejas se decidían en el momento antes de comenzar. Incluso en las siguientes rondas no se mantenía la pareja, sino que iba cambiando en cada eliminatoria. En otros casinos si que se permitía el juego en el mismo equipo durante todo el torneo.
Si las parejas no se conocen, entonces el crupier coloca la baraja extendida en el centro de la mesa. Cada jugador debe escoger una carta y los dos que saquen los naipes con mayor valor son los que formarán dueto.
Los dos que hayan extraído los naipes más bajos también irán juntos. En caso de empate se extrae otra carta hasta que sean diferentes.
Es importante que para ello se sepan el orden que tienen los naipes según su jerarquía. Es el siguiente:
- Rey
- Dama
- Jota
- Diez
- Nueve
- Ocho
- Siete
- Seis
- Cinco
- Cuatro
- Tres
- Dos
- As
Una vez que se conozcan las parejas, el repartidor entrega trece cartas a cada uno de los jugadores excepto al último. A este le entrega doce y a la última carta le da la vuelta para que todos puedan verla.
El palo del que sea la carta será el de triunfo. Posteriormente, cuando al jugador le llegue su turno, se le dará la carta para que pueda jugar con ella.
En los turnos siguientes solo se permite preguntar de que palo era dicho naipe, pero no que número era o el valor que tenía. Antes de continuar es clave indicar el valor de las cartas para tenerlas presente, ya que difiere en algunas cosas con la jerarquía que tienen al establecer las parejas:
- As
- Rey
- Dama
- Jota
- Diez
- Nueve
- Ocho
- Siete
- Seis
- Cinco
- Cuatro
- Tres
- Dos
Al empezar la primera ronda se establecerá un orden de turno que irá rotando a lo largo de cada partida. El crupier suele indicarlo con una ficha que pone al lado del jugador que va de mano o simplemente lo va indicando en cada momento. Eso dependerá del casino en el que se desarrolle el juego.
El caso es que cada jugador debe lanzar una carta al centro de la mesa en el orden indicado. El jugador que lance la carta más alta se lleva dicha baza y coloca las cuatro cartas en un montón a su lado. Ese montón servirá después para contabilizar los puntos que corresponden a cada pareja en cada partida.
El jugador que gana una baza es el que debe salir en la siguiente. El palo a seguir es el de salida, el que lance el primer jugador que juega.
El resto de apostadores tienen la obligación de lanzar cartas de ese mismo palo si tienen, pero no tienen por qué ir a ganar la baza. Pueden echar una carta de valor inferior y permitir que el adversario se lleve la baza.
Una vez que se finalicen las trece bazas se realiza el conteo de los puntos. Cada cuatro cartas que tenga un jugador en su poder supondrán una baza ganada. En este juego lo importante son las bazas. La puntuación de una pareja se obtiene de restarle seis bazas al número de bazas ganadas.
Es decir, si un jugador se ha llevado cinco bazas y su compañero tres, se suman las bazas de los dos (ocho) y al restarle seis se obtienen dos puntos. Por consiguiente, la otra pareja se habrá llevado cinco bazas, por lo que su puntuación será de -1.
Una pareja da por ganada la mano cuando obtiene cinco puntos en total, entonces se pasa a la siguiente eliminatoria. Puede ocurrir que en una sola manga ya se logren los cinco puntos, pero esto suele ser muy extraño.
En algunos torneos se juega a más puntos para darle más emoción y que se tengan que realizar varias partidas de forma obligatoria.
Esta es la forma más sencilla de presentar este juego, aunque también existen algunas variantes fruto de lo popular que se ha ido haciendo este juego a lo largo de los años.
Variantes
La variante más popular de este juego es la que se conoce como “muerto”. Toma ese nombre porque uno de los jugadores tiene las cartas boca arriba para que todo el mundo las pueda ver. Normalmente se suele sortear a conciencia quien hace pareja con el llamado como muerto, ya que ese apostador tendrá una desventaja importante con respecto al resto.
A esta versión pueden jugar solamente tres jugadores y que el que haga pareja con el muerto también vaya manejando sus cartas y echando las que mejor le parezcan. Ya que no está permitido que jueguen un número impar de jugadores, la solución a una ausencia de pareja es jugara esta versión.
En los torneos de casino no es habitual que se permita un número impar de jugadores, pero a veces se permite a todo el que quiera apuntarse y si hay alguien suelto se juega esa partida a esta variante.
Así no hay que limitar las plazas ni poner condicionantes a un campeonato antes de empezar. Algo que suele echar bastante para atrás a algunos clientes. De esta forma este juego subsana este fallo.
También está la opción de que se juegue mediante apuestas. Las dos parejas hacen sus apuestas, primero los jugadores lo hacen de forma individual, y luego se contabilizan las apuestas por parejas.
La pareja que resulte ganadora se reparte a partes iguales lo que ha obtenido del otro dueto. Aunque como comentamos esto es menos habitual.