En el repaso a los juegos que antes se practicaban en los casinos y que ahora han quedado en el olvide llegamos a uno de los puntos culmen.
Y es que hoy vamos a ver uno de los juegos de los que derivan muchos otros que ya hemos visto anteriormente como el juego del chinchón o el continental, y que comparten unas reglas muy parecidas con él.
Se trata del rummy, el germen de otras prácticas muy divertidas y que en algún momento fueron tendencia en el sector del juego.
Tabla de contenidos
Historia del rummy
Los orígenes de un juego como el rummy son difíciles de establecer en el tiempo y ni los más experimentados en este sector son capaces de llegar a un consenso sobre el asunto.
Algunas teorías afirman que esta práctica ya se realizaba en años antes de cristo y que por ello se ha heredado la técnica de jugar con piezas de madera, emulando a las piedras que los antiguos pobladores utilizaban para su desarrollo.
Concretamente se habla que podría provenir de la cultura china. Juegos como el mahjong por ejemplo son muy parecidos a este y comparten muchas similitudes en cuanto a forma y reglamente.
A su vez la conexión con el resto de continentes se podría haber realizado a través del conquián, una variante del juego asiático que fue muy popular en México.
En este territorio se empezó a hacer muy famoso en torno al siglo XVIII y se expandió hasta los Estados Unidos años más tarde. Por eso se puso de moda en ciudades como Las Vegas y de ahí se expandió al mundo de los casinos. Eso sí, bajo la variante rummy, que tiene algunas pequeñas diferencias con el conquián.
Objetivo del juego
El objetivo de los jugadores es deshacerse de sus cartas antes que los adversarios mediante combinaciones de cartas que sean válidas dentro de las reglas del propio juego.
Según el tipo de versión a la que se juegue, puede haber una finalidad aún mayor que sea la de lograr el mayor número de puntos posibles y así llegar al límite que se exige para considerarse como ganador.
Elementos del juego
- Dos barajas francesas de 52 cartas (104 + 2 comodines o jokers).
- Tapete (opcional).
- Fichas de poker para apostar (opcional).
- De 2 a 8 jugadores.
Cómo se juega al rummy
El rummy es un juego que en su versión original se juega con piezas. Una especie de fichas de madera que van numeradas del 1 al 13 y que se posan en un tablero individual para cada jugador en posición vertical.
Esto en los casinos no era posible realizarlo, por ello los magnates de las salas de juego decidieron quedarse con una variante en la que se juega con cartas de la baraja francesa.
En concreto se utilizan dos barajas completas incluyendo desde el as hasta el rey, además de dos jokers que servirán de comodín. En total 106 cartas a utilizar por el crupier que es el que reparte. Las fichas de este juego solo estaban en color rojo y negro, lo que significa que se tenían que utilizar al menos cuatro series de cada color. En la baraja hay cuatro palos, por lo que se ahorra el tener tantas piezas idénticas.
Antes de comenzar la mecánica hay que destacar el valor de cada una de las cartas, independientemente al naipe que pertenezcan. Son los siguientes:
- As: cinco puntos
- Dos: cinco puntos
- Tres: cinco puntos
- Cuatro: cinco puntos
- Cinco: cinco puntos
- Seis: cinco puntos
- Siete: cinco puntos
- Ocho: diez puntos
- Nueve: diez puntos
- Diez: diez puntos
- Jota: diez puntos
- Dama: diez puntos
- Rey: diez puntos
Estas puntuaciones tendrán un valor al final de la partida y en el desarrollo de la misma cuando haya que realizar cuentas. Pero primero el repartidor entrega una carta a cada uno de los jugadores de la mesa.
Estos la observan y la descubren y el que tenga la carta más alta es el que sale en la mano. Hay salas de juego en las que se repite esta operación en cada ronda y otras en las que va rotando como el turno de poker.
Una vez claro el orden de salida, se entregan 14 naipes a cada jugador y el resto del mazo se deja boca abajo en la mesa para los posibles robos que se tengan que efectuar.
Mecánica de la partida
Aquí es donde empieza la verdadera mecánica del juego. El objetivo de los jugadores es hacer tríos con cartas del mismo número o escaleras con al menos tres cartas consecutivas y que sean del mismo color.
Pero no basta solamente con eso, sino que esas cartas deben sumar como mínimo un valor de 30 puntos para poder descartarlas. Es decir, entregar tres cincos no tendrá validez porque su puntuación es quince, mientras que tres reyes si sería válido porque su puntuación es de treinta. Parece sencillo, pero los apostadores deben tener cuidado porque el no cumplimiento de esta norma supone sanciones en forma de puntos.
Los jugadores deben ir realizando combinaciones y dejarlas boca arriba en el centro de la mesa a la vista de todos. Una vez que un jugador deja sus cartas de forma válida en el tapete el resto de jugadores pueden utilizarlas como prefieran para combinarlas con sus cartas.
Esto significa que si hay un rey ya sobre la mesa y un jugador dispone de otros dos puede quitárselos de en medio y ponerlos junto al otro rey. No importa que esa carta haya pertenecido antes a un adversario.
La única condición es que al añadir la nueva carta todas las que había anteriormente en la tabla estén ligadas. No puede quedar ningún naipe fuera de un trío o escalera porque un jugador añada una nueva carta de su mazo.
Sería parecido a una especie de puzle en la que el apostador va moviendo las cartas y deshaciéndose de las que tiene.
Además, si un jugador no puede hacer combinaciones de treinta puntos como mínimo debe robar una carta del pozo y esperar su próximo turno. Lo normal es que al principio la mayoría de los jugadores roben naipes y que en las manos sucesivas sea en las que comiencen las combinaciones y los descartes.
Otra regla es que puedes sustituir un comodín que esté ya en la mesa por la carta que estuviera representando y usarla de nuevo comodín.
Un ejemplo de esto último sería una escalera del dos al cuatro en la que se utiliza un joker como el cuatro. El jugador puede echar un cuatro que tenga en su poder, dejado ligado con el dos y el tres y luego utilizar ese comodín para realizar una nueva escalera de la jota al rey, siendo la dama el comodín.
Como ya podemos ir comprobando es un juego de mucha astucia en el que hay que estar atento de todas las combinaciones que se puedan realizar con las cartas que cada jugador tiene en su baza.
Los jugadores pueden descartarse de cuantas cartas desee en un mismo turno siguiendo las reglas pertinentes, no hay límite de combinaciones a realizar en este sentido.
El jugador que primero se queda sin cartas se declara ganador de la partida y se adjudica las correspondientes apuestas que hubieran realizado sus contrincantes en dicha partida.
Hay que decir que los límites los establecerá la sala de juegos en la que nos encontremos y que cada una de ellas impone sus correspondientes reglas.
En algunos casinos y casinos online la partida se realiza a puntos que se van acumulando y cuando finalicen las rondas que se hayan establecido será entonces cuando se dirima al ganador.
En los torneos que se realizaban de este juego se utilizaba esta técnica de puntuación y hay que destacar que el que ganaba cada mano se sumaba también los puntos de las cartas que hubieran quedado en las manos del resto de jugadores.
Hay versiones también en las que se pone un límite de puntos a alcanzar para declarar ganador del juego a uno de los apostadores. No en la propia mano, ya que gana el que se quede primero sin naipes, sino en la clasificación general. Esos puntos solías ser 101, pero podía ir variando en función del salón en el que estemos jugando.
En cuanto a las apuestas, normalmente en los casinos se paga una apuesta inicial y a partir de ahí se va subiendo la apuesta por turnos.
Se podía jugar un uno contra uno frente a la banca en el caso de que no hubiera nadie en la mesa en ese momento, aunque lo lógico de este juego es que haya varios puestos disponibles para disputar una mano reglamentaria.
También se deben tener en cuenta las sanciones a la hora de realizar combinaciones que no superan los 30 puntos como mínimo.
En algunas versiones la sanción es económica y se debe entregar al final de la partida en función de los fallos que se hayan tenido. En otras, lo que se hace es robar tres cartas del mazo como castigo.
En algunos lugares es frecuente el uso de un minutero. La versión del juego de mesa que incluye fichas de madera para jugar si que lo incluye.
Pero también hay casinos que lo han utilizado con el fin de agilizar la partida y que los apostadores no empleen demasiado tiempo en pensar sus movimientos. Eso haría el juego aburrido y pesado que es lo último que pretenden los responsables del juego.
Diferencias entre Rummy y Gin Rummy
La primera gran diferencia de partida es que en el gin rummy se reparten solamente 10 naipes a cada jugador y en el rummy se entregan un total de 14, eso hace que la partida dure menos porque hay menos cartas que combinar. Además, en el gin se deja la primera carta descubierta y en el rummy esto no suele ocurrir.
Las cartas también tienen un valor distinto en cuanto a puntuación y en los mínimos de cada combinación también hay restricciones diferentes.
En el gin rummy la única regla es que las cartas sin ligar tengan un valor total inferior a diez y en el rummy la exigencia es que en cada combinación que se haga se llegue a los 30 puntos entre todas las cartas ligadas.
A la hora de que los contrarios utilicen las cartas del jugador que hace un knock también hay diferencias.
En el gin rummy nadie puede mover las cartas del jugador que primero ha puesto sus cartas a la vista, ni hacer las combinaciones que le parezcan; los jugadores o lo pueden añadir una de sus cartas no ligadas a un grupo en el que encajen.
Y otra diferencia fundamental es que en el rummy la baraja que se suele utilizar es la española, mientras que en este caso se utiliza la inglesa.