El crimen que Sydney trató de enmendar

Hard Eight

Películas de casinos

En lo que al mundo del cine se refiere, hemos desgranado gran parte de las producciones más ostentosas en lo que al juego se refiere. Casi todas ellas apelan a ese duelo fratricida entre el héroe apostador y su enemiga que es la banca. El subidón que da ver al jugador poner en jaque a las salas de juego es un sentimiento que recorre la cabeza de muchos jugadores. Profesionales o no, el placer es evidente.

Pero no todo tiene por qué ser así. De hecho, este tipo de producciones las encontramos cuanto más nos acercamos a la gran pantalla de hoy en día. Si retrocedemos un poco en el tiempo encontraremos cintas bastante diferentes y con finalidades muy contrarias. Para poder entender el film del que vamos a hablar es necesario regresar hasta los cuarenta y cincuenta. En aquella época se realizaba un tipo de cine llamado “noir”, que es al que pertenece esta película.

Hard Eight se estrenó en 1997, pero su ambientación se remonta a esas décadas pasadas. Se denominaba cine “noir” a las películas de delincuentes y de crímenes. Sin embargo, tenían algo más. Estas cintas tenían un toque oscuro, muy próximo al cine negro, con una trama basada en secretos bastantes siniestros de los protagonistas. Los directores conseguían que estas producciones tuvieran su toque de humor, al mismo tiempo. Algo complicado, pero muy apreciado en la industria del cine.

Esta película en concreto tiene ese toque tan característico. Sydney (protagonizado por Philip Baker Hall) es un jugador de los años sesenta, que suele resolver sus conflictos a base de asesinatos. Después de su último trabajo se encuentra con John (protagonizado por John Christopher Reilly), un joven que acaba de perder a su padre y que no dispone de dinero para poder darle sepultura. John está tirado en la entrada de un bar de carretera y Sydney enseguida se interesa por él e intenta ayudarle.

John le cuenta su problema a Sydney y este le ofrece una solución. Le proporciona cincuenta dólares a cambio de que le acompañe en su viaje a Las Vegas. Allí le promete enseñarle a conseguir dinero en el juego para que pueda sobrevivir. Y no solo le enseña sino que lo logra. Algunos años después la relación entre los dos quedará en riesgo de truncarse debido a la aparición de otros dos personajes.

Por un lado, estará Clementine (protagonizada por Gwyneth Paltrow), una camarera de casino que hace horas extras como prostituta; y Jimmy (protagonizado por Samuel L. Jackson) por otra parte, un empleado de seguridad privada que entabla amistad con John. Muy pronto la cosa se complicará y saldrán a relucir las verdaderas intenciones de Sydney con su pupilo.

El juego

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La película se desarrolla en un casino real y que tiene una oferta bastante amplia. De modo que cuando los personajes se mueven por las grandes salas del edificio se pueden observar varios juegos. Algunos tienen las reglas básicas que todos conocemos hoy en día, sin embargo, en algunas prácticas puede sorprender la forma de proceder dentro de un casino. Todo está ambientado en los sesenta y las cosas han cambiado bastante de un tiempo a esta parte.

Lo que mejor observamos en la película son las máquinas tragaperras. A raíz de ellas se inicia la verdadera relación de Sydney y John, ya que el primero enseña a este a obtener sus primeras ganancias en estos artilugios. Debido a su experiencia, este experimentado apostador muestra al joven una buena estrategia para lograr el jackpot de los slots. Ésta consiste en apostar veinte dólares de inicio en las máquinas y después ir introduciendo de uno en uno. La clave es tener paciencia y hacer creer al casino que apuestas mucho dinero.

Esta es otra de las artimañas que Sydney introduce en la forma de proceder de John. En un principio convences al casino de que eres un reconocido jugador, pero que acabas de llegar a la ciudad y no dispones de dinero. Uno de los dirigentes de la sala de juegos le da una tarjeta regalo del club del casino y lo que va haciendo John es cambiar las fichas que le restan de su estrategia por billetes. Luego canjea los billetes por fichas otra vez y así da la impresión de que lo que gana lo pierde automáticamente en la siguiente manga.

Otro de los juegos más recurridos son los craps. Aparecen en tres momentos del film con respecto a varios personajes, pero en todas las situaciones las condiciones de las mesas son las mismas. En la mesa hay un jugador que es el que tira los dados y el resto de jugadores pueden apostar a lo que resulte de los dos dados, al igual que apostar a favor del lanzador y en contra. El croupier está atento para dar cambio y entregar premios a los ganadores, además de recoger las fichas de los perdedores con un stick muy típico.

En una de las escenas aparece Sydney apostando, después de recorrerse todo el casino para llegar hasta ellas. En otra vuelve a aparecer de nuevo él, en la que tiene un intenso duelo con el lanzador de los dados en ese momento. El chico le vacila y asegura que es capaz de sacar dos cuatros de una sola tirada. Sydney le desafía y apuesta una buena cantidad en su contra. Finalmente, el joven saca un cinco y un tres y acaba perdiendo. Esta es una tirada bastante arriesgada en lo que a los dados se refiere.

El poker también tiene su lugar guardado dentro de la película. Sydney demuestra que es otro de sus juegos favoritos. En una escena aparece en una sala que parece privada jugando al estilo Texas Holdem. No se llega a ver la partida, pero se ve como el crupier les reparte cartas y coloca las tres primeras cartas del “flop” descubiertas. Es la forma más común de jugar a este juego y la que suele utilizarse para los torneos profesionales de jugadores.

En un momento de la producción también se observan a varias personas apostando en máquinas de video poker. No se llega a apreciar a que variante están jugando, pero se observan las máquinas en las que van pulsando. Algunas están situadas en círculo, lo que podría implicar que se trata de un torneo de esta disciplina. No en todos los casinos se da.

La otra modalidad que se puede ver en la película es el keno. También Sydney es el protagonista de este juego. Se encuentra en una mesa tomando una copa cuando John y Jimmy se acercan. Después de hablar con ellos interrumpe la conversación, en un momento determinado, para observar los números que van apareciendo en una pantalla en relación a este juego. Él mira su cartón y comprueba si los números le favorecen.

Después aparece una dependienta del casino preguntando sobre si tienen algún cartón premiado de keno. Sydney le dice que no, pero vuelve a pagarle para que le de otro nuevo. La mecánica es muy parecida a la del bingo, aunque llama bastante la atención que los clientes puedan estar tan despreocupados y que la sala de juegos sea la que se encargue de todo. Hasta incluso de cobrarle en el momento.

El casino

Interior del Peppermill Reno

Fuente: peppermillresorts.com

La sala de juegos que aparece en la película existe en realidad. La grabación se llevó a cabo en el Peppermill Reno, un casino de la ciudad de Reno, en el estado de Nevada. Tanto la sala de juegos como su complejo al completo tienen un estilo toscano y la oferta que tiene es bastante amplia.

La construcción se inauguró en abril de 1971, junto a una gran variedad de restaurantes y un servicio exclusivo de spa. Esta prestación está disponible las 24 horas del día, con multitud de opciones y de masajes individuales disponibles. Incluye piscinas climatizadas y varias terrazas en las que poder hacer vida social.

En cuanto a los juegos, tiene la sala de poker más grande que hay dentro de la ciudad de Reno. Ningún otro casino puede presumir de ello, tampoco de tener 19 mesas además de una VIP. En el resto de mesas se puede apostar a:

Además, tienen una gran oferta de 1.500 máquinas tragaperras, algunas de líneas de pago clásicas y otras con sistemas más modernizados y actualizados. El Peppermill Reno da a sus clientes la posibilidad de apostar en más de 700 puestos de máquinas de video poker y otros juegos parecidos. También tienen una sala VIP en la que poder disfrutar de máquinas con límites bastante altos, de cara a los jugadores más pretenciosos.

Cada semana organizan torneos de poker y slots sobre todo, aunque con carácter excepcional también hay competiciones de craps o blackjack, por ejemplo. También el casino puede ofrecer tarjetas de crédito, en las que hagan préstamos para jugar a sus clientes.

En la película algunos de estos servicios no estarían disponibles, ya que estamos hablando de 1997, casi 21 años antes. El casino ha ido evolucionando y actualmente este es todo su repertorio.