La desconocida mente de Zeljko Ranogajec

Muchos de los mejores apostadores del mundo han saltado a la fama cuando han sido capaces de demostrarle a las salas de juego que podían ponerlas en jaque en cualquier momento. El placer de esos jugadores de enseñarles al sector de las apuestas que estaba en peligro no se lo podido arrebatar nadie. Y ya sabemos que a la banca siempre se la ha presentado como el enemigo y al que juega como el héroe capaz de derrocar al monstruo. Es un tópico casi imposible de eliminar. Lo importante siempre es ganar al ganador habitual.

Pero no todo ha sido así siempre. Ya hemos visto casos de estrellas del mundo del juego que no han querido dar la cara por diversas razones. Algunos prefirieron trabajar a la sombra y que fueran otros los que se acabaran aprovechando de sus descubrimientos. Otros funcionaron como actores secundarios y otros directamente nunca se movieron por motivos económicos, sino científicos. El juego ha sido estudiado por muchos jugadores que fueron estrellas en sectores de contabilidad. No es el caso de nuestro protagonista de hoy, aunque su historia si que va a tener algo que ver con que no se le conozca tanto como a otros.

Hablamos de Zeljko Ranogajec. Un hombre con una mente brillante capacitado para el juego. Y no cualquier juego, sino los juegos de casinos. Los casinos online también llegaron a probar de la medicina que administraba este gran apostador y lo mismo con las casas de apuestas. Eso era porque no actuaba solamente en una disciplina, sino que se iba moviendo por varias prácticas. Y además utilizaba una fórmula a veces infalible y a veces tan débil: apostar mucho dinero, para poder ganar mucho y tener el riesgo de perder mucho. Su mente le ayudó a estar más cerca de la primera parte de esta afirmación.

Arrancó con el blackjack, en el que fue un auténtico maestro. Uno de los mejores jugadores de la historia en esta disciplina. Sin embargo, no iba a ser la única, sobre todo después de darse cuenta de que podía crear fórmulas para nuevos retos. Las carreras de caballos quizá fue el deporte en el que más se lucró. Apostó casi una fortuna y lo cierto es que la multiplicó de forma muy considerable. Keno y loterías, y al final, como no podía ser de otra forma, problemas con la justicia. No todo iba a ser de color de rosa.

Ranogajec nació en 1961 en Hobart, la ciudad más grande y capital del estado de Tasmania en Australia. Alguno pensará que ese nombre no es muy australiano precisamente y está en lo cierto ya que su familia era croata, pero acabó trasladándose hasta el continente oceánico. Sus padres no contaban con mucho dinero en los inicios de vida de Zeljko. Acostumbraban a tener trabajos eventuales y dificultades en casa para llegar a fin de mes, sin embargo, la suerte iba a tocar con una varita el cerebro de su hijo.

Y es que éste empezó a demostrar tener unas dotes que no eran normales para los chicos de su edad. Tanto así que se acabó ganando una beca para marcharse a la Universidad de Tasmania, una vez terminados sus estudios obligatorios. El objetivo inicial del australiano era convertirse en un abogado de éxito. Él quería desarrollar una profesión en la que pudiera tener unas grandes ganancias, y es que siempre le apasionó el dinero. La carrera de comercio también le llamó la atención, por lo que banca, impuesto y finanzas terminó siendo su campo de acción en el centro universitario.

Fuente: theaustralian.com.au

Pero había algo más. Y es que Zeljko se empezó a interesar por el juego en aquella época. Concretamente por el blackjack. El conteo de cartas le interesaba mucho y parecía tener madera para ello. Tanto que acabó sucumbiendo ante la buena fama del Wrest Point Casino de su ciudad natal. Allí empezó a crecer en el sector y a ganar cantidades razonables de dinero. Conoció a su esposa y se curtió como jugador. Fue la cuna del hombre de éxito en el que más tarde se convertiría. Un hombre que llegado un momento clave en su vida tuvo que tomar una difícil decisión. ¿Carrera o juego?

Ranogajec era muy bueno en el juego, aunque mudarse a Nueva Gales del Sur también le llamaba mucho. La decisión fue salomónica: trasladarse, pero su profesión acabaría siendo el juego. Al principio el dinero del que disponía no dejaban de ser unos miles de dólares. Esos miles se convirtieron en millones y eso que no lo tuvo nada fácil. En el Wrest Point no tardaron demasiado en darse cuenta de que se trataba de un contador de cartas. Un contador curtido en los descansos del trabajo y atraído por unos métodos que dominó de forma casi perfecta.

Tras este episodio no dudó en seguir moviéndose por otras casas de juego de Australia, pero lo cierto es que le acabarían prohibiendo la entrada en cada uno de ellos. Estudiaba a los repartidores y observaba desde que perspectiva podía hacerles daño. Era un gran observador, un buen estudioso y un mejor apostador. Incluso la fortuna acababa sonriéndole en ocasiones y eso hizo que fuera muy odiado. Tanto que su destino acabaría siendo la ciudad del juego por doquier. Estados Unidos le esperaba. Las Vegas le esperaba para seguir ampliando sus ganancias.

Para ello formó un buen equipo, rodeándose de amigos y conocidos de otros casinos. Los contadores de cartas, como ya hemos visto en la historia de otros apostadores, tuvieron su momento en la tierra de las oportunidades, sin embargo, el momento pasó y los casinos se lo empezaron a poner demasiado difícil. Además, los problemas eran dobles para Zeljko. Él tenía que transportar su dinero a Australia y las fronteras estaban demasiado vigiladas por los guardias. Tenía miedo de que le confundieran con un traficante y la seguridad le confiscara todo lo que había logrado. No estaba muy confundido el de origen croata.

Esta fue una de las razones que le motivó a abandonar el blackjack, al margen de otro episodio que le cambió la vida. Uno de los jugadores de su equipo falleció en un desgraciado accidente de tráfico. Los compañeros se quedaron tan tocados que ya no volvieron a ser los mismos nunca más. Las ganas y la motivación se perdieron y con ello Ranogajec dio por terminado su paso por esta práctica. Había otras también muy interesantes y en las que se podía ganar mucho dinero. Los caballos, por ejemplo.

Esta rama del juego es en la que más conocido ha sido Zeljko y quizá sea porque es en la que más dinero ha ganado, y por tanto en la que más ha apostado. Se cree que suele apostar en torno a un millón de dólares de forma anual. Sus ganancias son desconocidas, pero sabiendo lo que ha sido capaz de hacer deben ser muy altas. Y es que el australiano es un enfermo de buscar oportunidades de apuesta y encontrarlas. Los mercados de mucha liquidez son los que más utiliza y siempre moviéndose en apuestas que sean rentables. Y además creó mucha controversia por ciertos acuerdos con algunas casas de apuestas.

Debido a la gran cantidad de dinero que apostaba, el de Hobart decidía proponer a los casinos que le hicieran descuentos significativos en los mercados que el prefiriera. Así lo hicieron estas, no podían decirle que no. Como era de esperar muchos otros jugadores se han quejado de este trato de favor de las empresas hacia su persona. Las casas han repetido hasta la saciedad que todo ello no supone ninguna acción ilegal a niveles de justicia y que por tanto lo seguirían haciendo. Es por ello que Ranogajec ha creado un equipo de trabajo que le ayuda en sus apuestas automatizadas. Personas que trabajan para él y desde luego no son pocas.

No se queda ahí la historia de este genio. Y es que tiene el honor de haber sido el jugador que se ha embolsado el mayor jackpot de keno jamás conocido. Un total de 7,5 millones de dólares, después de apostar cantidades indecentes en este juego durante varios días. Y eso que en este tipo de prácticas no se puede encontrar tanta ventaja como en otros juegos, pero hasta la fortuna le ha ayudado a seguir haciendo historia, en este caso. Tiene eso que se llama estrella. Es diferente.

Una carrera muy destacada y en la que no podemos dejar de lado que no todo ha sido logrado de una forma limpia. Zeljko tuvo algún que otro problema por haber utilizado dinero para apostar obtenido de fondos que no le correspondían. Por ello tuvo que negociar con hacienda para poder llegar a un acuerdo. Y lo logró, aunque nunca se ha sabido de qué tipo de contrato estamos hablando. Libró a la justicia y siguió pasando desapercibido.

Ranogajec sigue utilizando a día de hoy un alias para no ser reconocido. Incluso ha llegado a presenciar eventos deportivos en directo, en los que previamente había apostado. Nadie nunca ha podido identificarle porque no se le conoce. Y tampoco le interesa que eso ocurra. Hasta ahora le ha ido muy bien y disfruta de lo que tiene, que no debe ser poco.