La persistencia de Bryce Carlson en el blackjack

Mesa de blackjack

En el juego no todo es suerte. Una definición en la que seguro que podemos incluir a grandes jugadores y personajes históricos de casinos, que no solo llegaron a ser importantes porque tenían dinero y podían correr grandes riesgos, o que se encontraron con un “don” que desarrollaron desde muy pequeños. Para algunos las cosas fueron más complicadas y tuvieron que persistir y prepararse para llegar a hacerse un nombre en este mundillo. En el mundillo del blackjack, más concretamente, es en el que nos vamos a sumergir. Las cartas siempre sacando lo mejor de mucha gente.

Gente como Bryce Carlson. Un jugador que llevó a cabo una gran labor de preparación para llegar a donde llegó. No se lanzó a la aventura y fue aprendiendo por el camino, sino que él sabía que necesitaba poder absorber todos los conocimientos necesarios para poder tener una ventaja estratégica en la mesa de blackjack. Y es que si de algo aprendió, fue de la estrategia del blackjack. Se preparó, se documentó, dio todos los pasos que creía que debía dar y finalmente consiguió su objetivo por muy imposible que lo vieran los que estaban a su alrededor.

Carlson comenzó a jugar en la época de los 70. Desde pequeño siempre le habían atraído los juegos de cartas, pero como cualquier persona, lo dejó simplemente como un “hobbie” que practicar en sus ratos libres. Sin embargo, él era un hombre de retos y con el paso del tiempo se dio cuenta de que se tenía un gran respeto a este tipo de juegos, sobre todo cuando se ponía dinero en juego. Ahí fue cuando su interés por saber cómo sería la acción en un casino creció. Por eso se aventuró a acudir simplemente como observador.

En ese momento supo que en el juego podría hacerse un hueco, pero siempre y cuando tuviera una buena preparación. Su familia no lo apoyaba. Pensaban que se convertiría en otra víctima del juego y las apuestas. Sin embargo, Bryce se había marcado el reto de ser capaz de desgranar la fórmula perfecta para poder ganar al blackjack y derrotar al crupier. Y ahí fue cuando pensó que el conteo de cartas iba a ser su base para poder llegar a un gran nivel como jugador. Libros como “Beat the Dealer”, de Edward Thorp, fueron su apoyo para adquirir conocimientos.

Textos como los de Ken Uston también le convencieron de que aquello era realmente posible. Y para mayor disfrute aun, fue capaz de encontrar a los que por entonces consideraba sus ídolos e intercambiar conocimientos con ellos. Carlson no tenía tanta experiencia como otros nombres importantes de la historia del blackjack, pero tenía mucho ímpetu en aprender de todos ellos. Lawrence Revere, Stanford Wong, Peter Griffin o Arnold Snyder. Todos ellos incluidos posteriormente en el Salón de la Fama del Blackjack y que en ese momento se encontraban activos, ya fuera en las propias mesas o en la sombra esperando su momento.

El intercambio de ideas de Carlson con todos ellos fue una constante y ahí es donde quedó impregnado del trabajo en equipo. Para este personaje, esto es algo determinante en el blackjack y en lo que al conteo de cartas se refiere. Con algunos de ellos llegó a colaborar en grupos que se dedicaban a rastrear casinos y a poner en práctica todo lo que trabajan durante semanas. Todas las posibilidades que daba el juego, todas los condicionantes que podía haber, todas las situaciones a las que te podías enfrentar. Todo analizado al milímetro para tenerlo previsto. Nada quedaba para la sorpresa.

Después la realidad podía ser diferente, pero por preparación no iba a ser para Carlson, que otra de las cosas que supo hacer fue disfrazarse. Los casinos que comenzó a frecuentar apenas podían dar una descripción de él para que los rastreadores lo tuvieran en cuenta. Además, cuanta más experiencia cogía, más complicado era detectarle como un contador de cartas. Así empezó a conseguir ganancias y a hacerse un hombre famoso. Los veteranos del mundillo sabían perfectamente quien era y lo que hacía, mientras que para los más jóvenes se trataba de un ejemplo a seguir. Lo fue más a raíz de sacar a la luz su publicación.

Blackjack for Blood de Bryce Carlson

 

En el año 2001 se publicó su libro “Blackjack for Blood”. Una lectura ideal para jugadores principiantes que quieran iniciarse en las estrategias. En sus páginas poco a poco vas subiendo de nivel. Es como un manual en el que vas dando pasos para llegar a dominar en la parte final todo lo que tiene que ver con este juego. De hecho, los que ya tengan unos conocimientos previos y unas bases sólidas pueden saltarse en torno a la mitad de libro porque lo que verán ya lo sabrán. Sin embargo, en las últimas páginas encontrarán nuevos trucos.

Carlson apuesta en su libro por el sistema “Advanced Omeda II”, un sistema categorizado como bastante complejo en el que a cada carta se le da un valor diferente. Esto requiere de un proceso de memoria bastante completo y una buena adaptación a los valores porque sino será imposible seguirlo. Para los más amateurs es mejor utilizar una estrategia más sencilla y posteriormente pasar a este. Porque eso sí, Bryce asegura que este es mucho más concreto y rentable que otros sistemas más simples. Y puede que esté en lo cierto.

A lo largo de su carrera también ha desarrollado un software informático llamado “Omega II”. Una máquina capaz de contar cartas y especializada en ello. Todo ello ha convertido a Carlson es un jugador importante para esta disciplina y con mucha popularidad. Incluso ha probado las mieles de los casinos online. Muchas veces tiene que camuflarse para que sus fans, los del libro principalmente, no lo molesten en exceso.