El tributo a Moulin Rouge hecho casino peruano

Tienes que ser prácticamente un marciano sobre la tierra para no haber oído hablar de Moulin Rouge o haber escuchado alguna referencia a este nombre. El famoso cabaré parisino ha ganado una fama inusitada desde su inauguración en 1889 en la capital francesa. Tanto que tanto su estilo como su nombre han sido imitados en muchas otras partes del mundo.

La Belle Époque por la que atravesaba Francia en aquellos años no hizo sino despertar en sus creadores la idea de edificar de la nada un negocio basado en los gustos del público. Un local en el barrio de moda, por entonces extravagante, y donde los bailes de mujeres despertaban un gran interés en el público. Y por supuesto que tuviera un molino rojo como símbolo.

No deja de ser una cantina o un bar con un toque diferencial, pero su popularidad subió como la espuma. De hecho, es posible que muchos hayan conocido más acerca de Moulin Rouge a través de la película musical del año 2001. El australiano Buz Luhrmann le dio el espacio que merecía al local y lo di a conocer también fuera de Europa.

Solo hay que ver el argumento del film, en el que una bailarina del local se debate entre su amor por un jóven escritor y sus pretensiones de llegar a ser actriz, y que dependen de un duque millonario encandilado por su belleza y sus bailes. Basada en La Traviata de Verdi y en La dama de las camelias de Dumas, llevó al Moulin Rouge a otra dimensión por el éxito de la cinta.

Una grabación previa de 1952 no tuvo tanta repercusión pero sirve para dar contexto en un París deseoso de derribar las normas convencionales de la sociedad recién entrada en el siglo XX. Y todo ello, sin más remedio, también inspiró a que el famoso cabaré dejara huella en otros sectores. El de casinos no podía ser menos.

Y es que escarbando en la búsqueda del mejor casino peruano encontramos el Casino Moulin Rouge de Lima. Un recinto en el que no puede faltar el clásico molino y que no es una sala de juegos más, sino un lugar de ocio en el que se puede disfrutar de diversas artes mientras apuestas. Y esto quiere decir que ha logrado su objetivo de fusionarse a la perfección con el contexto francés industrial.

Una sala multidisciplinar

Si algo se respira dentro del Casino Moulin Rouge es un aroma festivalero y fiestero. Entre otras cosas porque contiene un escenario en el que no faltan los espectáculos de música en directo, más enfocados a grupos de verbena popular que a grandes artistas, pero donde todo tiene cabida. Su escalinata rodeada de terciopelo simula perfectamente lo que nos podríamos encontrar en un cabaré.

Y realmente es esto lo que busca el casino, aprovechando los días especiales y festivos para realizar shows y ofrecer momentos de diversión. Cócteles, algo de comida y una terraza al aire libre para la época en la que llega el calor no desmerecen un lugar cuyo tapiz también recuerda a épocas pasadas. Su carnaval destaca especialmente entre tanto evento.

Pero esto es solo una parte de la sala, puesto que la sección de juegos también es bastante completa e interesante para el jugador medio. Más que nada porque cuentan con lo principal, como son las máquinas tragamonedas y los puestos de ruleta electrónica. En ambos casos con la mejor tecnología de mercado y la última en aparecer, si bien hay artilugios ideales para los más clásicos y donde los carretes toman el protagonismo.

El salón tampoco rechaza las mesas de juego con distintas variantes de poker. Suele ser algo habitual celebrar esta clase de torneos, aunque no concuerde tanto con ese espíritu aventurero y alocado de Moulin Rouge. El poker requiere de más calma y silencio y por eso queda para jornadas especiales intensivas.

A su favor tiene su situación dentro del distrito de La Molina, pues estamos hablando de una de las seguras de toda la villa de Lima. Miraflores también podría encajar en esta definición, pero la parte del este de la capital le supera en este aspecto. Más que nada porque en ella confluyen familias tranquilas que buscan huir del bullicio de la gran ciudad y que se pueden permitir un departamento ostentoso.

Las zonas verdes son lo habitual en un barrio donde el Club de Golf Los Incas tiene gran presencia, al igual que los edificios de la Universidad de Lima. Eso le proporciona grandes comunicaciones y paradas de transporte público prácticamente en cualquier esquina. Y aun así puedes refugiar tu vehículo en el parking del casino si decides acudir por tus propios medios.

Una sala que tiene vida y que ha logrado convertirse en un centro de socialización para muchos jugadores que prefieren recrearse en el ambiente del casino tradicional, sin dar de lado a los casinos online del Perú.