La historia de las máquinas tragamonedas en Chile

Escrito por: Michel Cruz, Editor | Revisado por: Humberto Fernández, Editor jefe
Última Actualización Oct 20, 2024

¿Alguna vez te has preguntado cómo es que surgieron las máquinas tragamonedas en Chile? Para esto, creemos que vale la pena dar un tanto de contexto: las máquinas tragamonedas en Chile tienen una historia que se remonta a principios del siglo XX, cuando comenzaron a ganar popularidad en América y Europa.

La primera de ellas fue la Liberty Bell, inventada por Charles Fey en San Francisco, Estados Unidos. Esa máquina tragamonedas pionera funcionaba con tres carretes y tenía cinco símbolos distintos: diamantes, corazones, picas, herraduras y campanas, con un éxito inmediato entre el público.

Así fue el inicio de una de las actividades más populares dentro de los casinos, la cual se ganó ese interés de los jugadores gracias a que ofrece un mecanismo de pago automático y funciona con una jugabilidad sencilla, lo que permitió su llegada más allá de las fronteras de los Estados Unidos.

Llegada a Chile

Las primeras máquinas tragamonedas debutaron en Chile en la década de 1930. En ese momento, las apuestas no estaban reguladas en el país y funcionaban diferentes establecimientos que ofrecían juegos de manera informal.

En un entorno en el que había una desaprobación social y una restricción moral impuesta por la Iglesia Católica, la demanda por el juego aumentaba, lo que hizo que las tragamonedas llegaran al país y se instalaran en bares, salones de juego y clubes de ciudades como Santiago y Valparaíso.

Fue en 1931 que se marcó un punto de inflexión con la inauguración del Gran Casino de Viña del Mar, el primer casino legal en Chile. Dicho establecimiento incluyó máquinas tragamonedas como parte de su oferta de juegos, lo cual ayudó a legitimar su uso y popularizó aún más estas máquinas entre los chilenos.

El Gran Casino de Viña del Mar se convirtió rápidamente en un atractivo turístico y un ícono del entretenimiento, lo que consolidó la presencia de las tragamonedas en el país. Durante esta década, las máquinas eran mecánicas y requerían que los jugadores tiraran de una palanca para hacer girar los carretes, con premios en forma de fichas que se entregaban de forma automática en caso de tener una combinación ganadora.

Evolución tecnológica

A medida que avanzaba el siglo XX, las máquinas tragamonedas comenzaron a incorporar mejoras tecnológicas, como en la década de 1960, en la que aparecieron las primeras tragamonedas electromecánicas, que sustituyeron algunos mecanismos de resorte por componentes eléctricos, con lo que aumentó la confiabilidad y la funcionalidad de estas máquinas.

El Money Honey fue introducido en 1964 y es un buen ejemplo de esta generación de máquinas tragamonedas, ya que permitían pagos automáticos de hasta 500 monedas sin la necesidad de que exista una intervención humana. Además, los avances tecnológicos permitieron crear tragamonedas más diversas y atractivas, con lo que la demanda aumentó.

Para los años setenta, llegaron las máquinas tragamonedas electrónicas como la Fortune Coin de 1976, la cual estrenó la pantalla de video en sustitución de los carretes físicos para mostrar los resultados conseguidos.

En primera instancia generó algo de incertidumbre entre el público, pero su popularización en los casinos de Las Vegas comenzó a darle el visto bueno en otros lugares, ganándose su lugar gracias a su variedad de juegos y la atracción por medio de gráficos.

La tendencia también fue adoptada en Chile, en donde los casinos comenzaron a actualizar sus máquinas tragamonedas y tener modelos electrónicos, lo que ayudó a atraer a una generación de jugadores a sus salas de juego.

Legalización y regulación en Chile

A lo largo de la historia, las regulaciones sobre los juegos de azar en Chile han evolucionado y la industria del juego ha crecido en paralelo. La primera regulación formal del sector llegó en 1975 con la Ley de Casinos, que permitió la operación legal de casinos en ciertas localidades.

Pero no fue sino hasta 2005 que se dio la primera regulación específica para las tragamonedas, cuando la Ley N° 19.995 estableció normas para la operación de estas máquinas en los casinos chilenos. Esta ley permitió la instalación de hasta 24 casinos autorizados en distintas regiones de Chile, salvo en la región de Arica.

Además, las tragamonedas comenzaron a ser más accesibles por medio de locales de juego menores y las apuestas en línea, disparándose esta modalidad online a partir de 2020, con un incremento significativo en los ingresos por medio de las apuestas digitales, lo que también ha generado esa discusión por la modalidad online.

Popularidad y cultura en Chile

El atractivo de las tragamonedas ha perdurado a lo largo del tiempo debido a su simplicidad y la posibilidad de obtener premios instantáneos. En sus primeros años, las máquinas en Chile presentaban símbolos tradicionales como frutas, campanas y el famoso “BAR”, que se popularizaron en todo el mundo.

La evolución de las temáticas de las máquinas también contribuyó a su interés entre el público, ya que con el tiempo comenzaron a incorporar gráficos modernos, historias temáticas y funciones interactivas que ofrecían una experiencia de juego más inmersiva.

Hoy en día es más que común encontrar máquinas tragamonedas que están basadas en películas, series de televisión y personajes de la cultura popular, convirtiéndose en ganchos para tratar de atraer a los jugadores.

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