Bernard de Marigny: el primer padre de los craps

Escrito por: Antonio Caro, Editor | Revisado por: Humberto Fernández, Editor jefe
Última Actualización May 11, 2022

Todos los juegos de azar tienen su pequeña historia y su origen. A lo largo del tiempo han ido evolucionando hasta convertirse en lo que hoy podemos presenciar en los casinos, tanto presenciales como en las salas de juego online. En ocasiones se van desarrollando fruto de los propios cambios de moda o de origen, y otras veces algún personaje histórico es el responsable de su avance y sus cambios. Eso es lo que le ocurrió a los craps. Un juego muy practicado hoy en día y que en la segunda mitad del siglo XX alcanzó todo su esplendor.

Para remontarnos a los orígenes de los craps debemos retroceder unos 1.000 años. Concretamente hasta las cruzadas. Los soldados tenían como objetivo restablecer el control apostólico romano sobre lo que se denominaba “tierra santa” y sus rivales resultaron ser todos los que no estaban de acuerdo con sus creencias. Básicamente los que iban en contra de los pensamientos de la iglesia o de los papas. Algunos manuscritos de la época ya narran que en estas campañas militares se hicieron muy populares los juegos de dados entre los batallones.

Puesto que estas expediciones se desarrollaron principalmente en Francia, fueron los jugadores franceses entre los que más se viralizó la práctica de los craps. Sería casi quinientos años después cuando un político cambiaría la historia de este juego para siempre. Un político americano, pero con influencia francesa por sus antepasados. Fue Jean-Bernard Xavier Philippe de Marigny de Mandeville, conocido por el populacho como Bernard de Marigny. Fue el encargado de criar las bases que hoy sustenta este pasatiempo.

Bernard de Marigny nació en Nueva Orleans en 1785. Su padre fue escudero de la Orden de San Luis y su abuelo fue un oficial y noble francés. Su madre era americana y de ahí que acabara viviendo en tierras estadounidenses. Según las lenguas antiguas, estuvo muy mimado por su familia desde pequeño. Su actitud era de una persona prepotente y que creía estar por encima de los demás. Nació como un criollo americano en su tierra, en una época en la que se realizaban grandes distinciones entre las personas que nacían y después habitaban en ese mismo lugar y la población que llegaba desde el extranjero.

La muerte de su padre a los 15 años de edad, fue un episodio clave en su vida. Heredó su criadero de caballos y las tierras que le pertenecían, pero ni su familia fue capaz de dominar su difícil carácter. Finalmente, cansados de sus andanzas, lo enviaron a Inglaterra para que se buscara la vida. Pensaron que de esa manera sus modales mejorarían, pero lo cierto es que Bernard acabó destinando la mayor parte de su estancia en Gran Bretaña a las salas de juego de aquella época.

Allí aprendió a jugar a una modalidad de dados inglesa muy famosa llamada “Hazard”. Un pasatiempo que acabaría siendo el antecedente de los craps estadounidenses. En su vuelta a América, para ser presidente del Senado estatal de Luisiana, quiso enseñar todo lo aprendido entre la alta sociedad de Inglaterra. Este juego estaba entre esas enseñanzas y lo cierto es que tardó muy poco en ponerse de moda en Nueva Orleans.

Retrato de Bernard

Fuente: eugenerayarchitect.blogspot.es

El que en la traducción se llamaría como “peligros” era un juego con unas reglas muy complicadas y difíciles de entender. Se jugaba tirando con los dos dados, aunque antes el lanzador debía elegir un número entre el cinco y el nueve que fuera denominado como el número principal. A partir de este se formaban el resto de combinaciones posibles tanto para perder como para ganar. Marigny pasó largas tardes en los cafés de tierras inglesas curtiéndose en las bases de esta práctica. Pero para poder jugar en su tierra natal tuvo que hacer una reducción y simplificación de las reglas. Ese fue el momento en el que empezaron a nacer los “craps”.

El nombre también se lo deben a este político francés, aunque no hay una sola versión sobre su origen exacto. Algunos afirman que a la población de Estados Unidos le gustaba llamar a los franceses “ranas” o “sapos”. De ahí que nuestro personaje histórico recibiera la designación de Johnny Frog o Johnny Crepaud (“crapaud” significa sapo en francés). Otros creen que la verdadera razón es que en Nueva Orleans la pandilla de amigos de Bernard era llamada “los sapos”, por la forma de arrodillarse al tirar los dados. Lo cierto es que por una razón o por otra la designación final del juego fue la de “craps”.

Los casinos de juego de los Estados Unidos comenzaron entonces a integrar los craps dentro de su oferta. Las salas más importantes de Las Vegas fueron pioneras en este aspecto y provocaron que muchos jugadores se especializaran en dados. Bernard de Marigny fue el encargado de introducir todas las reglas correspondientes para esta primera versión moderna de los craps. Había resultado ser un pionero. Pero en realidad esta fórmula tenía una pega.

Un tiempo más tarde se descubrieron diversos defectos en la versión de Marigny. Y es que la reglamentación que se había establecido daba una ventaja bastante significativa al jugador con respecto a la banca. Los casinos se dieron cuenta de que en multitud de ocasiones eran los apostadores los que resultaban victoriosos y eso les hizo sospechar. Había algunos problemas que estas salas no iban a tolerar. Los cambios en el juego se hacían necesarios.

Lo que Bernard dio a los jugadores fue muchas formas de apostar a favor del tirador o en contra del mismo. Pero no solo en eso se basaba el juego, sino que había una serie de combinaciones que favorecían más a los que apuestan que a la propia casa. Por si fuera poco, en Estados Unidos comenzaron a aparecer los dados “cargados”. Estos no son más que dados trucados. Los jugadores los modificaban para que pesaran más por alguna de las caras y que por tanto tuvieran más posibilidades de salir ciertos números.

Cuando los jugadores iban al casino a jugar lograban dar el cambiazo de dados. De esa manera las apuestas iban todas en la misma dirección y acaban beneficiando a la mayoría de lanzadores. Los números específicos o principales se elegían conforme a las trampas que tuvieran los dados y siempre salían más que el resto de cifras. Sin embargo, los casinos no estaban dispuestos a permitirlo. La argucia se hizo muy popular y acabó llegando a oídos de los directores de las salas de juego.

Los dados fueron retirados hasta nuevo aviso, al menos hasta que alguien consiguiera corregir los errores en las reglas del juego. Fue en 1907 cuando el fabricante John Winn se autoeligió como el salvador de los craps. Este estadounidense permitió que los jugadores pudieran apostar claramente al tirador o en contra del mismo sin restricciones y sin combinaciones que se pudieran considerar tramposas. Además, fue el que incluyó en las reglas la sección conocida en los craps como “Do not pass”.

dados

Las mejoras también se hicieron efectivas en la tabla de dados. Se incluyeron las marcas de “Pass Line” y la anteriormente nombrada como “Do not pass” y que son opuestas. Estas reglas hacían que el uso de dados trucados ya no tuviera ningún efecto. Quizá por eso John Winn se ganó el título de “Father of Modern Craps”, lo que traducido significa “el padre de los craps modernos”. Marigny fue el que había introducido el juego en Estados Unidos, pero el que se llevó el mérito fue Winn.

A pesar de todo Bernard siempre estuvo orgulloso de su hazaña. A él lo que le encantaba era jugar. Jugaba prácticamente todas las noches con gente muy habilidosa de Nueva Orleans apostando todo lo que quería y más. Su posición social le daba libertad para hacerlo y es que desde su regreso se puede decir que se encontraba en la cúspide en lo que a la ciudad se refiere.

La leyenda cuenta que una noche acumuló tantas pérdidas que incluso se vio obligado a ceder parte de sus tierras. Dividió parte de la plantación que tenía al sur de la villa y solamente por diversión, en otra ocasión, se dedicó a cambiar los nombres de las calles. Entre esas designaciones no podía faltar la de “Craps Street”. La vía conservó ese nombre hasta 1850 cuando el consejo de la ciudad decidió renombrar todas las calles de la ciudad.

Bernard de Marigny dio los primeros pasos para el desarrollo y práctica de los craps en los Estados Unidos. A pesar de estar considerado con un “bala perdida”, lo cierto es que se le considera como una de las personas más integrales de la Nueva Orleans más moderna y actual. Como político siempre levantó ampollas. Sus decisiones escandalizaban al pueblo en algunos momentos, pero siempre acabó haciendo lo mejor para sus habitantes. Se abrió paso entre los mejores y solo el hecho de pensar con el corazón y no con la cabeza llevó a la ruina a muchas de sus empresas.

En el juego también fue todo un referente. Durante un pequeño periodo de tiempo dio la posibilidad a muchos jugadores de sentir que podían superar a la banca sin ningún problema. Su triquiñuela fue descubierta, pero la huella ya la había dejado.

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