Brian Zembic: un auténtico loco de las apuestas

Mesa de casino de blackjack

¿Qué sería capaz de hacer una persona por ganar una apuesta? Esa es la pregunta que tenemos que intentar resolver con la historia que tenemos preparada. Aunque la respuesta no es muy complicada porque seguramente sería capaz de cualquier cosa. Cualquier cosa que valga la pena.

Para los apostadores natos cualquier motivo que suponga una discusión o que implique tener un conflicto es motivo para realizar una apuesta sobre ello. Y eso va más allá de cualquier apuesta que se pueda realizar en la mesa de un casino o en la interfaz de un casino online.

En ese perfil de jugador encaja perfectamente Brian Zembic. Destacaríamos su profesión o a lo que se dedica si lo tuviéramos claro, pero la realidad es que nunca se le ha conocido un trabajo estable como tal. Su secreto reside en las apuestas, y no hablamos de apuestas deportivas.

Lo suyo es estar por los casinos de Nueva York y conseguir financiación gracias a sus dotes en varios juegos. El más destacado sin duda el blackjack, pero no se le da nada mal el backgammon. Se le podría considerar como un jugador profesional de ambas disciplinas.

Para ser un poco más concretos, Zembic llegó a aparecer en televisión en la Serie Mundial de Blackjack en su segunda temporada. Después de batallar durante varias entregas ante jugadores de la talla de Eric Kiel, Michelle Richards, Jason Geraci o Mike Aponte cayó en la novena ronda, pero eso le dejó un pellizco para poder seguir adelante.

Aunque estamos hablando del año 2005 donde casi toda su gran historia ya había ocurrido. Entre otras cosas porque se terminó casando y teniendo una hija llamada Mika en el comienzo del nuevo siglo. Y la aparición de un bebé siempre cambia las cosas.

En su plenitud como jugador, recorría los casinos americanos en busca de diversión y dinero. Incluso llegó a practicar el conteo de cartas como estrategia de blackjack. Más concretamente era experto en el sistema conocido como “shuffle track”.

Este consiste en detectar un patrón en la forma de barajar del crupier de forma que el jugador sea capaz de seguir la posición de varias cartas y detectar zonas de la baraja en las que aparezcan cartas altas y cartas bajas. Algo nada fácil de conseguir, pero que da una ventaja muy grande a los que consiguen dominar la técnica de manera satisfactoria.

El canadiense, natural de la ciudad de Winnipeg, se convirtió en un buen jugador. Sin embargo, a él le iba otra clase de acción. A él le iban las apuestas.

Quizá por eso aceptó vivir durante una semana en una caja de cartón por una cantidad próxima a los 25.000 dólares. Quizá por eso corrió semidesnudo por las calles de Filadelfia por 3.000 dólares. Quizá por eso durmió durante una noche en el Central Park de Nueva York por 20.000 dólares. O quizá por eso vivió durante una semana en un baño de un hotel de Las Vegas por 14.000 dólares, aunque sus amigos llegaron a un acuerdo por 7.000$, ya que la propuesta era de permanecer más tiempo. Mira que hay planes alternativos interesantes en Las Vegas y Zembic se decantó por este.

Cualquiera podría pensar que este intrépido personaje tenía algún tipo de problema, pero los cierto es que estaba en su sano juicio. Era capaz de todo por una apuesta, simplemente eso. Y lógicamente lo mejor está por venir.

Hay que remontarse a 1996 mientras jugaba en un casino de NY. Un amigo y jugador con el que solía juntarse entablaba conversación con él mientras estaban sentados en una mesa de blackjack. Y la conversación era surrealista, como no podía ser de otra manera.

Zembic y su amigo JoBo hablaban de implantes mamarios. Y como Brian se presentaba muy a favor de que cualquier persona se los pudiera implantar, su compañero le retó a que los llevara durante un año. Y como podemos pensar el canadiense decidió aceptar.

Los dos arreglaron un acuerdo por escrito en el que detallaban la operación y sellaron el trato como auténticos caballeros. Pero la realidad es que aquello era demasiado hasta para uno de los mejores apostadores del mundo. Hasta que dejó de serlo.

Zembic era un apostador habitual en la bolsa de valores y unos meses después de firmar la apuesta perdió unos 30.000 dólares que le dejaron muy tocado. ¿Quién le vendió unas acciones que iban a pérdidas? Efectivamente, su amigo JoBo.

Con amigos así quién quiere enemigos pensó Zembic, que decidió echarle coraje y fastidiar a su amigo cumpliendo con lo pactado. Aunque también hay que reconocer que su situación económica era preocupante y estaba casi obligado a aceptar. Mató dos pájaros de un tiro se puede decir.

Brian Zembic

Cuando llamó a JoBo para comunicarle la noticia, este se negó a aceptar. Consideraba que ya había pasado el tiempo y que la apuesta no era válida. Entonces Zembic recurrió a un grupo de apostadores profesionales con el que ambos solían jugar para que deliberara y este le dio validez al acuerdo firmado. Todavía se podía llevar a cabo y un total de 100.000 dólares seguían estando en juego.

Brian, que en otro tiempo también fue mago y se presentó en algún show local, por arte de magia se colocó los implantes y los mantuvo durante un año, obligando a su amigo a tener que pagarle la apuesta completa.

Lo curioso es que quedó contento con el resultado de sus senos y decidió seguir llevándolos. ¿Hasta cuándo? Hasta que nació su hija. Nunca es tarde para madurar aunque sea a los 40.

Los locos de las apuestas son así y desde luego que Zembic ha sido uno de los mejores y de los que más repercusión ha ganado en la opinión pública. Una historia para no creérsela.