Frank Sinatra y su dama del juego

Los Sinatra en The Sands Casino

Ya hemos observado en otras ocasiones que algunos artistas utilizaron su música para expresar sus sentimientos acerca del juego. La explosión de los casinos en la segunda mitad del siglo XX tuvo mucho que ver en ello, ya que gente muy importante se acercaba o incluso era invitada a participar en grandes reuniones de jugadores. Mucho podrían contarnos de eso las salas de juego más importantes de Las Vegas. La ciudad de Nevada marcó un estilo y no solo encandiló a apostadores, también a magnates que quisieron ser parte del negocio.

Sin embargo, hubo un ser humano en concreto que fue capaz de ser magnate, artista de la música y jugador al mismo tiempo. Un hombre cuyo apodo ya lo dice todo: “La Voz”. Francis Albert Sinatra, más conocido como Frank Sinatra, siempre estuvo y quiso estar relacionado con este mundo. Mientras, se dedicaba a asombrar a todos con su espectacular timbre de voz y por tanto con su música.

Sinatra no pudo quejarse de no tener fama a lo largo de toda su vida. El legado popular que dejó en términos musicales fue espectacular. Destacan sobre todo los años cuarenta y cincuenta en los que firmó por una importante discográfica de la época y con ello pudo desatar todo su potencial. Las actuaciones en directo fueron su plato estrella. Frank no era un hombre de repeticiones, le gustaba que todo fuera espontáneo y nada mejor para eso que cantar de viva voz.

Está reconocido como el primer artista en utilizar amplificadores de sonido para que su voz nunca quedara por debajo de la orquesta. También se le recuerda por un acercamiento sobre todo a la música jazz y al pop, aunque en realidad su estilo era una mezcla de ambos. Y por supuesto no solo compuso su propia música, sino que versionó muchas composiciones de otros grandes intérpretes que le inspiraron. Siempre con un toque personal y en algún momento de su carrera adentrándose en lo que el juego puede producir.

Algo relacionado con ello quiso expresar en su versión de “Luck Be a Lady”. Una canción con mucho recorrido en el mundo del espectáculo. Inicialmente la escribió el neoyorquino Frank Loesser en 1950, pero el primero en interpretarla fue el cantante Robert Alda, para el musical “Guys and Dolls” de Broadway. Unos años más tarde sería cantada por Marlon Brando en una versión para cine y ya en la época de los sesenta fue Jack Jones el que la incluyó en su repertorio. En su etapa denominada como “Reprise”, la canción quedó en exclusividad de Sinatra.

Este tema relata una historia desde la visión de un jugador. El jugador era Sky Materson, uno de los personajes del musical para el que fue compuesta la canción. Éste solo quiere ganar una apuesta y está pendiente de lo que ocurra para decidir si continuar o no con su chica. La chica de sus sueños que está representada por la carta de la dama, como no podía ser de otra manera. El hit comienza diciendo “la dama de la suerte”, una denominación que según las diferentes culturas se refiere a un naipe o a otro.

En la baraja española esa dama es la sota de oros, mientras que en la francesa es la dama de corazones. En esa metáfora que la canción inspira, la letra también hace referencia al caballero, es decir, al rey. “Demuéstrale a un caballero que amable dama puedes ser”, como queriendo representar la superioridad que puede tener en el juego la carta de la dama respecto a la del rey. También en un momento menciona los dados, los craps. Afirma que una dama no debe cambiar los dados de otras personas, no es correcto.

La canción sería más tarde incluida en la actuación de otros artistas como Barbra Streisand o Dee Snider. El propio Sinatra sacó una versión a dúo con Chrissie Hynde en 1994, que también fue muy reconocida. Pero lo cierto es que la versión original fue la que encandiló al público y fans. Fans que también quisieron utilizarla en sus series o películas. De hecho, los Simpson realizaron una parodia de la obra “Guys and Dolls” e incluyeron una adaptación de la versión llamada “Luke be a Jedi”. También en Doctor Who, su protagonista canta una pequeña línea de la canción en un capítulo.

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En cuanto al cine fue incluida en el repertorio de la película The Cooler y tiene un lugar destacado en “La Señora Doubtfire”. Un tema como podemos comprobar muy recurrido e importante dentro del mundo de la música. Eso sí, dentro de todos los artistas que cantaron este tema sobresale Sinatra. No solo por su voz y su estilo, sino porque también fue capaz de interpretarla en directo y además en un casino. Concretamente en el que más tarde acabaría siendo su propio casino.

Hablamos del Sands Hotel y Casino. Un lugar emblemático e histórico dentro de las salas de juego de Las Vegas. Finalmente fue derruido, pero su leyenda siempre seguirá viva.

The Sands Casino

The Sands fue un casino y hotel histórico en lo que a Las Vegas Strip se refiere. El hotel fue diseñado por un conocido arquitecto estadounidense de la época y acabó abriendo sus puertas en 1952. Lo que más destacaba del complejo no eran sus 200 habitaciones o su casino con todo tipo de juegos, sino más bien su letrero exterior de unos 17 metros de altura. Su primer propietario fue el magnate Jake Freedman. Este pareció sentir envidia del recién abierto Sahara Casino y decidió que él también quería su propia sala de juegos.

Para las grandes personalidades de los años cincuenta este casino era una parada obligada. Incluso varios jefes de la mafia llegaron a hospedarse en este famoso hotel, según cuenta la leyenda. Eso sí, durante aquellos años levantó varias espinas en lo que a personas de tez oscura se refiere. El casino no les permitía la entrada y eso le trajo por un lado una crítica muy negativa, y por otro le valió para atraer a la mejor sociedad de la ciudad.

Si por algo fue conocido precisamente The Sands fue por su salón de baile y cante. Allí actuaron artistas de mucho prestigio y entre ellos Frank Sinatra. El de Hoboken fue el mayor reclamo durante muchas noches, desde 1953, para que incluso aquellos que no disfrutaban con la práctica del juego se acercaran a tomar algo y escuchar al cantante. Su tema “Luck Be a Lady” fue interpretado en directo en este magnífico salón.

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Sinatra solía cantar allí en repetidas ocasiones y con estancias de hasta dos semanas de duración en el alojamiento. Precisamente él fue el que consiguió que la política racial dejara de ser un problema en el resort. Un día invitó a un amigo suyo de piel oscura a cenar con él y amenazó con despedir a todo el personal sino se lo permitían. Por entonces Sinatra ya había comprado parte de las acciones del hotel, una construcción de la que parecía haberse enamorado.

Su famoso grupo Rat Pack solía reunirse allí, hasta que en 1960 llegaron las discrepancias. Howard Hughes, todo un hombre de negocios, compró algunas propiedades próximas al casino y modernizó el hotel. Todo este proceso lo centró en remodelaciones en torno a la figura de su mujer, a la que tanto apreciaba. Esto no gustó nada a Frank que muy pronto declaró la guerra a Hughes por el control del edificio. Hasta tal punto llegó el enfrentamiento que algunos de sus mejores empleados se enfrascaron en una pelea una noche, supuestamente enviados por ambos personajes.

Finalmente, Hughes pareció tener más fuerza y tanto Sinatra como su grupo de amigos se marcharon para no regresar jamás. A partir de los años setenta comenzó la debacle de The Sands hasta que finalmente acabó siendo demolido. El último en tener el honor de lanzar los dados de las mesas del casino fue el famoso jugador Bob Stupak, a quien se invitó para la ocasión. La historia de The Sands y de Sinatra había terminado.

En lo que al casino se refiere el despliegue de mesas de juegos y de máquinas era interminable para dar lo mejor a sus clientes. La empresa Las Vegas Sands Corporation gastó grandes cantidades de dinero en entretenimiento:

Además de todo ello disponía de una sala reservada solamente para jugadores de poker y en la que se organizaban torneos privados. En la parte final del salón principal también se desplegaba una gran oferta de máquinas tragaperras de todo tipo. Sus anteriores dueños en general, y Frank Sinatra en particular, quisieron que todo girara en torno a The Sands en Las Vegas y lo consiguieron durante más tiempo del que esperaban.

La reputación del casino fue reconocida tanto o más que la del propio Frank Sinatra. Un gran cantante que no quiso dejar de lado sus pasiones. Acogió a The Sands como un hijo y le dio todo para que creciera. Una vida llena de grandes logros para “La Voz”.