Las habilidades necesarias de un crupier

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Un crupier es el empleado más reconocible de un casino presencial, aunque no sea el único. Se trata de la persona encargada de gestionar las apuestas de los usuarios y, en aquellos casos en que la banca también juega, como en el blackjack, el crupier juega en su nombre. También se encarga de lanzar la bola de la ruleta o barajar las cartas y repartirlas en otros muchos juegos.

Además de conocer bien las reglas del juego y cumplirlas a rajatabla, además de saber hacer funcionar todos los dispositivos que en una mesa de juegos de casino pudieran utilizarse, el crupier debe tener una mente entrenada para encontrar rápidamente patrones ganadores y para calcular las ganancias o apuestas que deben colocar los jugadores, así que las operaciones matemáticas necesarias deben tenerlas dominadas y saberlas realizar rápido.

Los crupieres en Estados Unidos suelen aprender antes que nada a jugar al Blackjack, ya que se trata de uno de sus juegos estrella y es relativamente fácil habituarse.

En Europa tradicionalmente los crupieres empiezan por la ruleta. Después quedan algunos juegos como el de los dados o craps en los que solamente trabajan los crupieres más experimentados o con mayores conocimientos.

Por ser un puesto de trabajo en el que se tiene mucho contacto con cantidades importantes de dinero, y teniendo en cuenta que el crupier podría favorecer mediante su acción a un jugador o a la propia casa, necesitan en algunos países una licencia especial para trabajar, lo que se traduce en una revisión de su historial penal, si lo hubiera.

En algunos casos se investiga incluso sus posibles deudas financieras, para evitar que estén persiguiendo un lucro extra.

También ha sido muy polémica la cuestión de si los crupieres deben o no aceptar propinas, todo en aras a mantener su neutralidad frente a los usuarios del casino.

Para que la mente del crupier esté siempre alerta y fresca, sus periodos de trabajo suelen incluir frecuentes descansos obligatorios, y además suelen rotar de mesa en mesa.

Pero no solo están sentados a la mesa distribuyendo el juego, sino que también hay crupieres que se encargan de supervisar el trabajo de otros en varias mesas, y crupieres dedicados exclusivamente a explicar las reglas de los juegos a los usuarios del casino.

Como quiera que las actividades a las que deben de dirigir su atención son muchas, se requiere que las personas que quieran enfocar su vida profesional a la labor de dealer o crupier reúnan una serie de habilidades imprescindible que les hará muy valiosos:

Mente ágil

Como ya os hemos dicho, un dealer debe tener una mente ágil para detectar las apuestas y manos ganadoras y anunciar al ganador.

Destreza manual

Debe tener destreza manual (que puede entrenarse) para transmitir fiabilidad y profesionalidad a la hora de manejar mazos, dados, ruletas, etc. Además un crupier habilidoso puede aportar mucha teatralidad y algo de espectáculo al simple acto de barajar y repartir, y son detalles que aportan mucho a la experiencia del jugador.

Bueno con los números

Debe tener capacidad para realizar operaciones matemáticas de forma rápida, ya que son los encargados de repartir las ganancias y aceptar las apuestas.

Buena presencia

Una buena presencia y don de gentes es imprescindible. Al final el crupier es la «cara» visible del casino, y la primera línea a la hora de atender cualquier duda o reclamación de un jugador.

Además, es quien explica las reglas y el transmisor de malas noticias, puesto que con frecuencia retirará las apuestas a jugadores que habrán perdido sumas importantes. Por tanto, tener tacto y un trato exquisito será condición indispensable.

Con idiomas

En grandes casinos de zonas turísticas, saber idiomas será casi imprescindible para un buen crupier, especialmente en partidas o torneos que atraigan a jugadores de todas partes del mundo.

Tranquilo y sereno

En ocasiones, un crupier se encontrará frente a una gran apuesta en la que la casa y algún jugador estarán cerca de ganar o perder cantidades astronómicas. En esas situaciones un crupier debe mantener una actitud tranquila y serena, sin contagiar nerviosismo a los participantes. Esto también es aplicable ante jugadores maleducados.

Flexible

Los casinos suelen tener mucha más actividad nocturna que diurna, por tanto es imprescindible que el horario no sea un obstáculo y que la mente del crupier se mantenga fresca incluso en la madrugada.

Paciente

Un crupier debe tener paciencia. Los jugadores en los casinos pueden llegar a la mesa con dosis altas de excitación o un poco embriagados tras una noche de juerga, y su comportamiento en la mesa puede no ser siempre muy formal.

Las supersticiones, además, llevan a muchos expertos en juego a realizar rituales bastante curiosos que un crupier deberá observar impasible y con el máximo respeto, aunque manteniendo el orden y el buen ambiente de la mesa.

Buen observador

Por último, tiene que saber observar. Mientras el juego se desarrolla es el miembro del personal más cercano a los jugadores, por tanto si hubiera alguna duda sobre la honorabilidad de alguno de ellos debe dar la voz de alarma -con discreción, como se hace todo en los casinos-.

En resumen

Estas habilidades y destrezas de un croupier no son innatas, todas ellas se aprenden y desarrollan en centros específicos donde los futuros croupiers se entrenan día a día durante meses para poder ejercer esta profesión.

En España contamos con centros como Dealers21, dirigida por profesionales del sector del juego como son Carlos J. López y Diego Guerra, y a día de hoy son el centro referente en la formación de croupiers.

Su web es dealers.es y te invitamos a visitarla para consultar más información sobre el tema.