Seguimos observando los casinos más especiales e impresionantes que existen en nuestro planeta y en esta ocasión vamos a regresar a los Estados Unidos. Mucha gente podría pensar que si nos situamos en tierras americanas no tenemos más remedio que desplazarnos a Las Vegas. La ciudad del pecado tiene las salas de juego más destacadas del país, pero también otros lugares destacan por manejar bastante bien estas construcciones. Es la parte positiva de ser uno de los territorios más importantes del mundo.
Más que hacia el lado oeste, nos vamos a tener que desplazar hacia el este. Casi recorriendo todo el país, ya que dejamos Nevada para situarnos en Connecticut. Es el tercer estado más pequeño de la nación, pero sus habitantes han desarrollado un gran interés por el juego y las apuestas. Tanto así que en la pequeña ciudad de Montville es donde se encuentra nuestro destino. Su población es de menos de 20.000 personas, sin embargo, el territorio comprende varias pedanías dentro de sus límites.
Una de ellas es la de Uncasville, en el sureste de la ciudad y que siempre ha sido conocida porque el gobierno del país reconoció allí a una tribu india que históricamente ha ocupado sus terrenos. Esa tribu son los Mohegan, de la que el casino que nos ocupa va a derivar su nombre. Pero no lo hace por gusto, sino porque la propia sala de juegos está controlada por las personas pertenecientes a esta tribu nativa. Hablamos del Mohegan Sun, un casino muy peculiar.
La sala de juegos es la segunda más grande de los Estados Unidos. Comprende un territorio espectacular a orillas del río Támesis y que por lo tanto ofrece unas vistas de película. También tiene hotel y recibe numerosas visitas a lo largo del año por su vistosa decoración. Es un edificio peculiar y que impresiona por su tamaño y forma. Tiene una espectacular oferta de juegos y es un destino muy recomendable si su objetivo es visitar los mejores casinos de Norteamérica.
Historia del Mohegan Sun
La historia del casino tiene mucho que ver con los intentos de la tribu Mohegan porque se les reconociera como tal. Las tierras que ocupaban fueron declaradas como reserva después de muchos años de lucha, pero todavía querían ser reconocidos como grupo independiente. Los principales dirigentes del lugar entendieron que debían demostrar fortaleza de alguna manera. Una buena fuente de sustento económico parecía perfecta para ganar peso y por ello se decidió construir un casino.
La primera idea surgió en torno al año 1992. Dos empresas muy importantes del estado de Connecticut empezaron a negociar con la tribu Mohegan lo que posteriormente sería la construcción del casino. Las tres partes acabaron llegando a un acuerdo y crearon una asociación como fruto de su unión y entendimiento. Esta sociedad se puso manos a la obra para dar a la tribu todo el sustento económico necesario para desarrollar la sala de juegos. Y no solo apoyo financiero, sino también asesores y todo lo necesario para llevar a cabo su idea.
A cambio, también se le proporcionó ayuda a los Mohegan para que pudieran continuar con su lucha de reconocimiento. Una lucha que llegaría a su fin en el año 1994. Fue entonces cuando se les reconoció como personas soberanas por el Gobierno de los Estados Unidos. Ahora sí todo estaba en regla para que la construcción del casino diera comienzo.
En los inicios, las tierras elegidas para levantar la construcción no parecían del todo fiables. Y es que, en otras épocas, ese territorio pertenecía a una organización con fines nucleares. El objetivo de esta era el de construir reactores nucleares para submarinos de la armada estadounidense. Como resultado de ello se temía que el lugar estuviera contaminado, pero la nueva asociación se encargó de limpiarlo a fondo y asegurar el futuro del casino.
Cuando todo parecía listo, apareció un magnate inmobiliario con intenciones plenas de involucrarse en el asunto. Es un personaje del que ya hemos hablado en alguna ocasión, ya que otro de los mejores casinos del mundo está bajo su poder. Se trata de Sol Kerzner, el magnate sudafricano que posee el Sun City Casino, dentro del resort de Sun International. Kerzner se hizo con el 50% de las acciones de la sociedad en la que estaban inmersos los Mohegan, mientras que el resto del capital se quedó en manos de otra empresa.
La construcción duró dos años, de modo que en octubre de 1996 se abría por primera vez el Mohegan Sun Casino. Un recinto maravilloso y que muy pronto se ganó grandes elogios dentro del sector. El techo es uno de sus grandes distintivos, ya que está construido en forma de planetario en el que se muestra una recreación del espacio, con el sol, las estrellas y la luna presentes en él. Además, se utilizaron varios minerales muy preciados para su construcción, llegados de las exóticas canteras de Irán e incluso México.
La cascada de casi diecisiete metros de altura, que está situada en el salón central, es otro de sus grandes decorados y que además representa un punto de cruce importante en la migración que llevó a cabo la tribu Mohegan hasta llegar a Uncasville. También se colocaron lobos mecánicos que aúllan en algunos de sus espacios para recrear el estilo del nativo americano. El cliente se sienta y tiene la sensación de pertenecer a la tribu y jugar como ellos lo harían en otro tiempo.
No fue hasta el año 2000 cuando por fin la tribu se hace con el control total del casino, aunque la empresa constructora se seguía llevando una pequeña comisión de las ganancias de la sala de juegos. A lo largo del nuevo siglo se han realizado tres remodelaciones en su interior que han tenido varios efectos. El más destacado es que se pueden realizar transportes, para clientes exclusivos, en helicóptero desde Manhattan hasta el casino. Y además se añadió un nuevo buffet y se contrató un club de comedia para el entretenimiento del público.
En 2014, definitivamente todas las ganancias del edificio y de sus respectivos hoteles pasaron a manos de los Mohegan, además de construirse varios edificios más debido a la gran demanda de los últimos años.
Desde entonces los Mohegan han comenzado una expansión por más lugares de Estados Unidos con el objetivo de aumentar sus ingresos. Plains Township en Pennsylvania, Palmer en Massachusetts, Thompson en Nueva York o la propia Atlantic City en Nueva Jersey son algunos de los destinos que ya ha barajado la tribu. Incluso hace poco anunciaron un acuerdo con Corea del Sur para construir un casino cerca del aeropuerto de Incheon, en Seúl.
Mohegan Sun
El casino ocupa un espacio de unos 33.800 metros cuadrados. Una extensión espectacular dentro de una zona que alberga el 60% del turismo de todo el estado. Es decir, está en una zona propicia para recibir a muchos visitantes y además cuenta con el Mohegan Sun Arena. Éste es un pabellón multiusos, que es sede de un equipo que compite en las ligas nacionales de lacrosse y también de un equipo profesional que participa en la liga femenina de baloncesto estadounidense. Todo un reclamo para los aficionados al deporte.
Para los aficionados al juego, el casino cuenta con unas 6.500 máquinas tragaperras. Una barbaridad que impide que los clientes tengan que esperar, ya que siempre habrá alguna vacía en la que poder apostar. Entre ellas encontramos máquinas de pac-man, powerball, etc. Juegos muy conocidos y que atraen por completo a los clientes.
En cuanto a las mesas encontramos un total de 377 con variedades para todos los gustos. Incluyen:
- Baccarat
- Midi-baccarat
- Mini Baccarat
- Blackjack (hasta 116 mesas)
- Craps
- Ruleta americana
- Ruleta europea
- Ruleta de la fortuna
- Sic Bo
- Caribbean Stud
- Four Card Poker
- Let it Ride
- Pai Gow
- Three Card Poker
- Texas Holdem
Además, incluye más máquinas electrónicas en las que jugar a video poker, blackjack, ruleta y dados. Todo un amplio repertorio que se completa con una sala en la que disfrutar de carreras de caballos y galgos. La sala tiene 200 puestos individuales, cada uno equipado con una pantalla, y en el que tu puedes elegir lo que ver al tiempo que apuestas.
Y el entretenimiento no se acaba ahí porque dentro del edificio hay varios teatros y recintos de reuniones en los que poder organizar eventos. También un salón de baile muy grande y el estudio de una radio al que se pueden realizar visitas. Para poder asistir a todo ello hay que respetar los códigos de vestimenta, aunque no son tan estrictos como en otros casinos.
También tienen promociones y ayudas para clientes, como créditos. Para tomar un descanso, qué mejor que hacerlo en sus bares y restaurantes con unas vistas preciosas. También pueden disfrutar del spa o respirar jugando al golf.
Esta sala de juegos ha albergado grandes eventos de boxeo y de otros deportes. Y por supuesto realiza de forma regular torneos de poker en los que se puede participar sin ningún tipo de filtro. Las más de 40 salas abiertas al público durante las 24 horas al día ayudan bastante a poder realizarlo. Un paraíso.