Películas de casinos
Intento de robo a un casino. Todo un clásico de la historia del cine y que se ha venido escenificando en numerosas películas. Un trabajo nada sencillo incluso para los ladrones más profesionales de Hoollywood, pero que un gran elenco de estrellas se iba a encargar de conseguir. Dirigidos por el cineasta Steven Soderbergh, grandes actores de la época se encargaron de plasmar el plan perfecto en Ocean’s Eleven.
Este film del año 2001 está protagonizado por George Clooney, Brad Pitt, Matt Damon, Andy García y Julia Roberts y es un remake de la película original rodada en 1960. Los tres primeros forman parte de ‘los once de Ocean’ o lo que es lo mismo el grupo que lleva a cabo el robo en uno de los casinos más grandes e icónicos de Las Vegas: el Bellagio. La historia cuenta que Danny Ocean, interpretado por Clooney, sale de la cárcel con el objetivo claro de volver a lo que considera su trabajo y esta vez hacerlo a lo grande: robar. Su objetivo es hacerse con el botín del Mirage, el MGM Grand y el Bellagio, casinos todos propiedad de Terry Benedict y cuyo dinero se encuentra en la cámara acorazada de este último edificio.
Tras reunir a los mejores estafadores de los Estados Unidos, todos juntos se ponen manos a la obra para ejecutar su plan. Pero lo cierto es que Ocean esconde una motivación mucho más profunda más allá de 150 millones de dólares. Su ex mujer, Tess, es la novia de Benedict. Combinación de amor y juego en un relato que gustó hasta a los más críticos de la gran pantalla y que motivó a su director a realizar dos películas más para dar continuidad a la primera.
El juego
La trama de Ocean’s Eleven se centra en el robo, pero por supuesto el juego no podía quedar en un segundo plano. El casino es el centro de todas las operaciones, pero aun así hay un momento en que el film da la oportunidad de comprobar cómo los protagonistas se desarrollan en las apuestas. Ocean, en su intento por convencer a todos los hombres que necesita, visita a su socio Rusty Ryan (representado por Brad Pitt). Ryan ha decidido tomarse un respiro en lo que a robar se refiere y se dedica a enseñar a jóvenes jugadores a desenvolverse bien en el poker.
Cuando Ocean le visita, Rusty no duda en unirse a su plan, pero antes ambos se enfrascan en una partida de poker descubierto como enseñanza para los alumnos de Ryan. Desde el principio Ocean hace creer que va de farol subiendo demasiado la apuesta y Ryan junto con sus alumnos deciden igualarle y descubrir su baza. Danny muestra un poker de nueves que deja a todos con la boca abierta y que sirve de prueba para Rusty de que su amigo no ha perdido facultades en la cárcel.
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Esta variante del poker no se parece en nada a la modalidad de Texas Holdem que es la que suele ser habitual en los casinos. En el poker descubierto el jugador recibe un cierto número de cartas y en cada ronda puede realizar descartes de las cartas de su mano que no le convengan y reclamar otras nuevas. Hay varios estilos a la hora de jugar: en algunos lugares se reparten cinco cartas al jugador, mientras que en otros se realiza con siete; y del mismo modo en algunos sitios se reparten todas las cartas boca arriba, aunque la forma más habitual de jugar es con unas cartas boca arriba y otras boca abajo. A estas cartas se les llama privadas.
El objetivo del poker es el mismo: apostar en cada ronda y tener mejor mano que el adversario. El funcionamiento tampoco cambia de modo que en cada mano comienzan hablando jugadores diferentes. Hay jugadores que lo consideran más emocionante ya que hay cartas diferentes para todos los jugadores y es más impredecible conocer lo que lleva el rival. En el Texas Holdem por ejemplo las cinco cartas de la mesa son comunes para todos y por tanto es más fácil entrever lo que puede llevar el adversario en las dos restantes.
Los casinos
Una vez visto el juego hay que fijarse en el casino en el que se desarrolla la acción. O mejor dicho los casinos. El rodaje de la película se lleva a cabo casi íntegro en el Bellagio, pero también hay escenas filmadas en otros casinos diferentes. Por tanto estos también merecen un reconocimiento por prestar sus instalaciones.
El Bellagio es uno de los casinos más lujosos e imponentes de Las Vegas. Tiene las mejores calificaciones posibles del mercado y está situado en el Strip de la villa (típica calle de «la ciudad del pecado» que aparece en todas las películas con numerosos carteles en neón y en el que se encuentran la mayoría de casinos del lugar). Fue inaugurado en el año 1998 y es famoso por su elegancia y por las fuentes de su lago artificial, las cuales elevan sus chorros al ritmo de la música del hall.
La oferta del casino es interminable: mesas de poker (algunas privadas), ruleta, blackjack, craps, baccarat, bingo, máquinas tragaperras, etc. Un sinfín de apuestas con posibilidades para todos los clientes, desde los que emplean dinero en efectivo, como con tarjeta. También tienen su propia taquilla de cambio de divisas y paquetes que ofrecen a los jugadores más amateurs. Sus servicios también incluyen restaurantes, actuaciones, spa, servicio de terraza y mucho más. No todo son apuestas en la ciudad. Pero todo ello al nivel de uno de los mejores casinos del mundo y de Las Vegas.
En su salón principal es donde se desarrolla gran parte de la película, aunque para la grabación tuvo que adaptarse para que los equipos de cámara pudieran trabajar con normalidad. La compañía encargada de su construcción fue Mirage Resorts y en el año 2000 fue cuando pasó a ser propiedad del grupo empresarial MGM. Por eso en la película el robo también incluye a las arcas de estos dos grupos.
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Además del Bellagio, otro de los casinos que aparece en la grabación es el Flamingo. Una propiedad con mucha historia que se caracteriza por su color rosado y la ambientación con palmeras y flamencos. En ella se rodó la película original de Ocean’s Eleven de 1960 y en esta de 2001 aparece en un flashback que tiene el protagonista. La oferta del Flamingo es muy parecida a la del resto de casinos de Las Vegas. Para los más clásicos es una construcción muy querida por sus años de historia. Fue construido en 1946 y en aquella época su hotel fue considerado como el más lujoso del mundo.
El tercero en discordia es el Sahara Hotel and Casino, rebautizado como SLS Las Vegas. Es el único que está en la parte noreste del Strip de Las Vegas y su temática es árabe. Fue construido en 1952 y aunque en el año 2011 llegó a cerrar, dos años más tarde reabrió con el nombre por el que hoy se le conoce. Al igual que en el Flamingo, en el Sahara Casino se han rodado tanto la película como el remake de Ocean’s Eleven. En esta última también forma parte de una vuelta atrás en el tiempo de Danny Ocean, seguramente un guiño del director al film original que le abrió la puerta. Su estilo de los años 60 hace que sea uno de los casinos más divertidos de Las Vegas, en el que además se pueden realizar apuestas automáticas de carreras durante las 24 horas del día. Algo que es muy común en «la ciudad del pecado».
Estos tres grandes casinos fueron el escenario perfecto para el rodaje de una de las películas más taquillera de su época. La quinta de 2001 sin ir más lejos y que logró varios premios y galardones por las pasarelas de todo el mundo. Tanto fue así que su director se quedó con ganas de más y años más tarde rodaría Ocean’s Twelve en 2004 y Ocean’s Thirteen en 2013. El tono humorístico del guión ayuda a mantener la atención en el film y proporciona un gran apego del público.
Ocean’s Eleven permite a los espectadores experimentar un escenario bastante novedoso de salir de un casino como victorioso. Rompe con el tópico de que la banca es la que siempre se erige como ganadora y además presenta a los supuestos responsables del casino como unos ingenuos. La idea de que el robo perfecto existe y que se puede cometer con las personas indicadas. El triunfo del pequeño ciudadano que paga por sus pecados, frente a un gran magnate que por momentos parece intocable y que acaba derrocado.
Además, el componente de la relación amorosa y del atractivo que de por sí proporciona el juego son ingredientes importantes dentro del film. Muchos casinos se han visto en la tesitura de tener que afrontar un robo de grandes magnitudes y no en todos los casos el final es el mismo. Soderbergh demostró una vez más que los apostadores también pueden triunfar en Las Vegas. Y lo seguiría demostrando en las siguientes películas de la serie.