Películas de casinos
Los casinos y el cine. Un binomio inseparable que se lleva repitiendo desde tiempos inmemoriales. Muchos actores y actrices que hoy están en la primera plana de Hollywood comenzaron enfrascándose en cintas de este tipo.
Eso es porque los directores de la gran pantalla, en la mayoría de las ocasiones, han decidido contratar a personal muy joven para sus filmaciones sobre apuestas. La juventud como fuente de rebeldía y de querer comerse el mundo ha contagiado a muchos guiones y guionistas.
Pero no todas las películas iban a tratar sobre jugadores. El inglés Mike Hodges decidió explicar una nueva dimensión con respecto a las salas de juego. Quiso hacer especial hincapié en la participación de los crupieres y del personal que trabaja en los casinos. Cuáles son sus reglas y sobre todo qué mundo los rodea. En ocasiones muchos de ellos quedan atrapados en este sector y nunca vuelven a salir. Otros sin embargo se contagian de esa sublevación de la que hablábamos antes.
Bien, precisamente en este sentido se orienta la película “Croupier”. Trata de un joven, Jack Manfred (protagonizado por Clive Owen), que está esperando la oportunidad de su vida para poder ejercer como escritor de grandes novelas.
Como no lo puede lograr, decide aceptar un trabajo como crupier en Londres. Jack promete a su novia Marion (protagonizada por Gina McKee) que el desempeño del empleo será por poco tiempo, ya que a esta no le termina de convencer.
Sin embargo, Jack se dará cuenta muy pronto de que no le será nada fácil marcharse sin más; primero porque viola casi todas las reglas que le fueron impuestas por el director del casino; y sobre todo debido a que su trabajo empieza a despertar en él un curioso afán. El afán de ver cómo los jugadores se marchan a casa cada noche arruinados y con caras de decepción. Lo que él no sabe es que todo ello le ayudará a cumplir su sueño inicial, el de ser escritor. ¿Pero a qué precio?
El juego
Aunque es un casino discreto, el juego es el hilo conductor principal de la película. No vamos a encontrar una majestuosa sala de juegos como se ha podido ver en otras ocasiones. Seguramente también el director quiso que así fuera para darle la dimensión apropiada a la película.
Nada más comenzar, Jack debe convencer al director del casino que es apto para el trabajo. Éste muestra todo su arte tanto con las fichas como con la baraja francesa. Lo que más sorprende es que en el blackjack sabe llevar el conteo de los naipes, de forma que puede hacer perder al jugador en las bazas más complicadas. Una habilidad que no hace dudar al magnate ni un momento sobre la posibilidad de contratarle.
Jack hace una demostración sobre una mesa de blackjack, con sus correspondientes cuadrantes en los que colocar las cartas. Primero les da a los jugadores una buena baza para que se ilusionen con que pueden lograr veintiuno. En la mayoría de ocasiones les reparte una figura (cuyo valor es de 10) y después una carta de valor bajo, entre un dos y un siete. De esa forma el apostador siempre pedirá una carta más y se acabará pasando. Da igual el valor que lleven; sea un catorce, un trece, un diecisiete. Siempre consigue que se pasen.
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Una vez que Jack comienza a trabajar estas escenas se van a repetir en numerosas ocasiones. El protagonista muestra sus dotes al repartir las cartas y repite las bazas para casi todos los jugadores. No son habilidades naturales, sino que en el film se ve como en su propio domicilio ensaya en numerosas ocasiones este reparto de cartas para no fallar luego en el casino. En ese punto es en el que el personaje empieza a descubrir un punto bastante oscuro de sí mismo que no conocía.
Otro de los juegos estrella dentro de la producción es la ruleta. Al estar ambientada en Londres, la versión que se presenta es la de la ruleta inglesa. Reconocible no solo por la presencia de un solo cero, sino porque el tapete es azul a diferencia de la europea o la francesa. Como ocurre en la mayoría de las salas de juego, Jack se encarga de dar cambio a los jugadores, cantar las apuestas y los números que van saliendo, lanzar la bola y después retirar las fichas acabado el lanzamiento. Esto último lo hace con las manos.
Para indicar los números que van saliendo tiene la pequeña figura llamada “Dolly”, que se coloca en el cuadrante de la cifra ganadora. Para que todo transcurra con normalidad, cada crupier tiene una persona detrás vigilando la mesa y que todo vaya bien. Es el director de la mesa, el que tiene potestad para anular una apuesta que no cumpla las reglas o sancionar al crupier si comete un fallo.
Aunque no salen de forma concreta en ninguna escena, también se observan máquinas tragaperras en el fondo de la sala principal. Y también se llega a presenciar una partida de poker, pero no en el casino sino en una casa entre amigos.
La modalidad es la de five-card draw. En ella se reparten cinco cartas a los jugadores, estos pueden hacer un descarte y pedir las nuevas cartas que estimen oportunas. Y por supuesto se juega con las cartas tapadas. Es una variante a la que suelen aprender a jugar primero los amateurs, ya que es bastante sencilla.
Además de todo ello vemos a varios jugadores que llegan a hacer trampa en escenas del film. Uno de ellos va a ser el propio Jack, que desplaza con disimulo una ficha que un jugador había puesto en un número. Logra moverla hasta la intersección con la cifra ganadora y así poder darle algunas fichas. Otro momento lo protagoniza otro crupier compañero suyo, al darle una ficha de más a un cliente cuando este ya se retiraba de la mesa.
El último se observa en la sala de cámaras. El director del casino le muestra a Jack a un cliente haciendo trampas. Éste intenta marcar las cartas con un guante y tras ser descubierto es echado del local. Un guiño quizá a un famoso apostador griego, llamado Archie Karas, al que le cazaron haciéndolo y lucrándose de ello en alguna ocasión.
El casino
Para esta filmación se utiliza un casino ficticio y se ambienta en un local bastante pequeño para lo que suelen ser este tipo de películas. Sin embargo, en la narración los protagonistas mencionan un conocido casino de Sudáfrica. Desde ese lugar el padre de Jack se comunica con su hijo y de fondo aparecen las habitaciones del sitio.
Se trata del Wild Coast Sun Casino, situado en la pequeña ciudad de Port Edward. Se encuentra en la provincia de KwaZulu-Natal, al este de Sudáfrica, y se trata de una villa muy turística sobre todo en la época navideña.
Su naturaleza exquisita, sus grandes playas en las que se celebran fiestas y sus importantes resorts hacen que sea uno de los atractivos principales en la región sudafricana. De hecho, algunos mercados minoristas se han decidido a invertir en esta localidad, que poco a poco va creciendo en el continente.
El casino está situado dentro de uno de los complejos de Sun International, en los que también se incluyen alojamientos muy cómodos, bares y restaurantes. En cuanto a la oferta de la sala de juegos encontramos un total de más de 500 máquinas tragaperras en las que poder apostar las 24 horas del día. En cuanto a mesas tienen un total de dieciséis y los entretenimientos que se incluyen son:
- Blackjack
- Ruleta europea
- Ruleta americana
- Texas Holdem
Además de todo esto, incluyen variantes específicas de estos juegos con mesas en las que los mínimos y máximos establecidos van cambiando (desde 10 rands hasta 5.000 rands de apuesta mínima). Incluyen también bingo a partir de las dos de la tarde y cuentan con salón privado y sala de cambio de divisas.
Los clientes pueden encargar organizaciones de eventos y contratar salas para celebrar reuniones y convenciones. Una apuesta interesante y que se mantiene durante todo el día a todas horas.
En la película hace una aparición muy fugaz, aunque si que se pone nombre a la sala de juegos en la que trabaja el protagonista. Se utiliza la designación de “Golden Lion Casino”. Existen varios establecimientos en el mundo con ese nombre, ya que parece ser muy recurrido. Varios casinos online se han decidido por él, pero casinos presenciales destacados hay dos. El primero se sitúa en Panamá. El corregimiento (territorio utilizado con fines administrativos) de Bella Vista acoge el Golden Lion Casino en el barrio de Marbella.
El otro local con este nombre lo encontramos en México. La ciudad de Mexicali destaca por tener esta sala de juegos en su territorio. Villa de casi 100.000 habitantes que ejerce como capital del estado de Baja California, muy cerca de la frontera mexicana con Estados Unidos.
Un territorio que ha destacado en los últimos años por experimentar un crecimiento inmobiliario y un turismo médico. Es decir, los habitantes se desplazan a Mexicali para recibir atención médica que no pueden tener en su lugar de origen.
Sin embargo, en Londres no existe un casino con este nombre. El director tenía numerosas opciones de calidad, pero decidió darle a la película ese toque de discreción que necesita para entender el concepto que transmite.